viernes, 27 de diciembre de 2019

El rincón de lectura

El murmullo de los ocres pájaros y granizada,
de entre los escollos de esos sonidos
de las plantas moverse, bosques tímidos, 
empieza a nacer el emblema de mi amada. 
Quién te viera ahí sentada
con un libro en tus manos, 
los poemas de Antonio Machado
o el Quijote y su obra tan ilustrada.
Con tus pies a la vista, descansada, 
sandalias de flores, vestido negro
de talante boscoso y jersey rosa abierto, 
a la lectura sin distracción vas entregada. 
Por un momento, la vida mitigada;
un ruido desvirtuó la maestría
que de tan hermoso paisaje y poesía
podrías privar al del mundo con tu calma tan templada. 
Piel de sol radiante, sol de anaranjada, 
y cabellos como el atardecer ancestral, 
magia de un Atlante,  fenómeno paranormal, 
hasta por tus orejas reluce el vino de esa larga alborada. 
Uñas color conocimiento, y tu mirada, 
ese espécimen de otro mundo
que sobre el mío me tiraniza, desnudo, 
me hace tuyo, mi eterna enamorada. 
Y cuando de pronto la asciendes divinizada,
ahí, es en ese instante que te haces leyenda, 
una letra aún sin su pluma dueña, 
y tu sonrisa se vuelve mi felicidad personificada.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 20 de diciembre de 2019

A MEDIAS

En la nostalgia de esta noche
mis lágrimas te enseñan mi amor, 
que por él sufrí tanto dolor, 
y mi corazón se corroe. 
Por mi cuerpo descienden las estrellas
como cascadas del universo, 
que por él te entrego amor eterno
y mi alma va a tus manos tan bellas. 
Por mi jardín, un desierto, 
que si no dejas tus besos, 
que por ellos calman mis inviernos,
de los tallos más hermosos florecerá un “te quiero”.
Y de mis pasos cautos, 
a tus pies me dirijo, 
que por ellos me critico
si ser tu demonio o un santo. 
Ese abrazo, ¡un misterio!,
tenerte en mi abrigo, 
que con él siempre te cobijo, 
seremos Luna y Tierra de otro tiempo. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 13 de diciembre de 2019

Del altar a leyenda

Te hago mi poema, 
te hago mi sol, 
como el árbol a la madera
y los novios al amor.
Te hago mi historia secreta, 
eres todo lo que soy yo, 
y todavía me ames cuando muera, 
seré un latido más de tu corazón. 
Te hago bella de bellas,
me haces perder el control,
así te rimen las caderas, 
así me haces perder la razón. 
Serás siempre eterna, 
mágica, un mito, un dios,
única en esta letra
que te escribo con tanto amor. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 6 de diciembre de 2019

El amor más grande

El amor es el único deseo
que un genio prohíbe regalar
por simple dignidad, por respeto
o por no ser bueno. 
Es indígena, indisciplinado, bello, 
y no compara forma, estilo, arrugas
o vejez que camina por el rostro, 
pues el amor puede más que el detrimento. 
Se viste de pobre en vez de dinero, 
se hace a diario en vez de en años, 
así logra que el detalle valga grande, 
y la recompensa eterna: un beso. 
El amor es para todos, incluso para el cuerdo, 
que el loco ya sabe amar,
y no le hace falta saber que el mundo
es más feliz con amor que con abatimiento.
 El amor siempre viaja al cielo
con billete de ida y no de vuelta, 
como esa ilusión infinita
tan común en este planeta, pero de otro tiempo. 
El amor se hace en silencio, 
es un poema de libre albedrío,
es una canción, un dulce, azúcar en café…
es poder darte todo el universo. 
Y el amor más perfecto
no cabe siquiera en las palabras, 
pero se inventaron dos únicas
con las que decirte: “te quiero".

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

martes, 3 de diciembre de 2019

Adiós a otra vida

La vida viaja a través del aliento
y queda impregnada en las ramas
de los gritos de la garganta, 
como soplo que lleva el viento. 
Desgarra las notas de un tamborilero,
y la muerte se hace dueña, 
se hace nueva vida en el mundo
como quien roba a un niño, un caramelo. 
Es ese pájaro carpintero
que desquita el sueño de la mañana;
y así la vida se va, así la vida se queda
como quien señala el Juicio con el dedo. 
Por una ventana huye, de arrugas de viejo, 
ya ríe por la ponzoña de atrás;
y así la vida se va, así la vida se queda
como quien dice la verdad, con un cuerno. 
Fue la muerte tan lista, pienso, 
que la vida de aquel llevó,
la de ese la deja, la del otro la elude, 
y la del siguiente: robado, desnudo y muerto. 
La astucia de la muerte, luego, 
la vida misma fluye en numen;
y así la vida se va, así la vida se aleja
como el héroe al cementerio. 
Dejar la vida sin más, terrible suceso, 
sucio puñal traidor que veja la mano;
y así la vida se va, así la vida se aleja
como sangre del que ya ha donado ciento.
Lenta, suave, la vida es misterio, 
y con ese sentido del humor que padece, 
nace y deja morir a una madre
cuando le arrebata al niño un médico. 
Qué irónica es a veces, me quejo, 
si le escribo un dilema;
y así la vida se va, así la vida me lleva
como una silla de ruedas para un parapléjico. 
Pero qué fuerte es otras, temo,
cuando la miro de frente;
y así la vida se va, así la vida me lleva
como un joven titán con alma de ancestro.
Y qué orgullosa se vuelve, reprendo,
cada vez que engaña, miente, 
injuria, destroza, se hace julieta
para que no exista ya ningún romeo. 
Para eso está la muerte como perro:
la corta en pedazos inmisericordes;
y así la vida se va, así la vida se muera
con un grito de dolor eterno. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

miércoles, 27 de noviembre de 2019

El peso de un beso

No hago más que soñar letras de amor, 
en cada rama, en cada árbol, en cada mesa, 
y si luego las escribo con primor
con la mirada de un delincuente que le pesa
tanto oro en los bolsillos, a tal traidor
que le robó el corazón a una doncella, a esa, 
esa que para ella dedico una flor, 
cien besos, mil poesías, la leyenda que te besa
en los estrechos mundos del dolor, 
y así caigo demente en tu boca, presa
de la pasión, vivo de felicidad, ¡Señor!,
y digo adiós al mundo, no me interesa, 
para dejarme en ti, tú mi reina, y yo gobernador. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

jueves, 21 de noviembre de 2019

Cabello de Ángel

Desde la infinidad de un cabello, 
así es el amor, ligero pero fuerte, 
tan corto como una uña, 
tan profundo como el universo. 
Así, un pájaro se lo lleva con palos de ciego
a su nido íntimo para cuidarlo;
esas ramas que crean un hogar,
y el inicio del primer beso. 
Expertos, no temáis por este memo
que no sabe de amor, 
pero entiende que de un poema
el amor es más listo que un genio. 
Profesores, no enseñéis frialdad a los juegos
de los pobres niños, que de amor los dan;
y luego el estudio, si no aburrido, 
que crezca en adulto, y de anciano recuerdo. 
Religiosos, ¿qué es Dios, sino Amor e Infierno?
Ay, pobre diablo que se queje
que sufre por una doncella, reina
y propietaria suya, y muera por romeo.
Oh, Cervantes, Lope, Neruda y todos ellos, 
naciones andantes que con su pluma
cambiaron el mundo, el mío
y el de cada loco y cuerdo. 
Así que apunta bien, amigo etéreo, 
que si por el amor te enamoras,
la competencia es ardua,
con tanto garbanzo en este puchero.
¡Don Juan!, así me llamaron en esto, 
sentido chaval, hombre cotidiano, 
y de noche por la ventana
siempre le sonrío a lo que más quiero. 
Y tartamudea mi lengua en su gesto,
elegante entre las estrellas, 
que ni Da Vinci puedo haber pintado
tamaña belleza en mi cielo. 
Y cuando toco el Árbol del Deseo,
que sus ramas sean letras,
caricias y amor mismo, 
como la infinidad de su cabello.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 15 de noviembre de 2019

Hombre de acero

Véase bien este mar de rocas
que por asomar canas de alfiler
en esta cabeza hueca, 
hay solo furia en su boca. 
Insulta su humildad, y no valora
el sarcasmo de un elefante,
ese que grita por un ratón
cuando el queso lo lleva en la trompa. 
¡Fuego, rabia y moscas!
Así está el muro que me devora
como tren de mercancía oxidada;
tantos años encima, 
y con un corazón lleno de gloria. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

martes, 12 de noviembre de 2019

Columnas de Hércules

Espacio y tiempo se unen a nuestro beso, 
las estrellas, testigos del milagro, 
se llenan de orgullo al contemplar
lo que fuimos, somos y seremos. 
Este atuendo que es nuestro abrazo perfecto, 
esculturas que dan fe de ser reinas del cosmos,
o como un equipo de fútbol, rugby,
balonmano o uno de baloncesto. 
Una unión excepcional, desbaratada de todo elemento, 
dos titanes que sostienen la Tierra
y lo que no es de ella,
así somos tú y yo: la perla del cuello.
Ni Morfeo nos dormirá o el Hades vestido de muerto
serían capaces de destruir nuestro bastión,
consejo de reyes, dios de dioses…
Así es lo que nos une como digno trono en su templo. 
Ni la cadena tan apretada y llena de fuego
es tan sabia y separe lo inseparable, 
junte los desvelos, trozos de papel
o lágrimas por el nuevo deseo. 
Esa pasión por cubrir nuestros cuerpos
con el calor del otro, ríos que emanan
de la montaña más alta del mundo,
y no el Everest, sino las que siempre miran al cielo. 
Pirámides que esconden tantos secretos…
¿y el nuestro?, dentro de cada una
un mensaje indescifrable, una runa carcomida
o somos el Arca dentro de su propio misterio. 
Atemporales, imperiosos, mágicos a descuento, 
ni el rayo más conspirativo de las nubes
nos podría separar de nuestra congelación, 
fijos por siempre, ancestros del futuro, eternos. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 7 de noviembre de 2019

Mírame

Me miras sin motivo, 
y me miras con deseo, 
me miras con un “te amo",
de esos que salen del corazón. 
Me miras si te miro, 
me tanteas y me espías, 
me suspiras cuando ves
que te veo con tanto amor. 
Me rechazas y luego me abrazas,
te vuelves loca si no estoy, 
en tus sueños te poseo, 
te hago mía cuando sale el sol. 
Me miras en pensamientos, 
aún cuando me tienes para ti, 
delante, sin remedio, 
este soy, tu hombre de pasión. 
Me llamas en desespero, 
te calmas al verme por ti, 
me sonríes tan aniñada;
nos miramos a través de Dios. 
Me miras desde tan lejos, 
no te das cuenta de cuán cerca estoy, 
frente a ti, mano a mano, 
no llores más, por favor. 
Te miro desde otro tiempo, 
te grito en este mundo, 
te guardo cuando por fin te tengo,
mi dama tan delicada, mi dulce, mi gran amor. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 31 de octubre de 2019

La Cima de Venus

Montañas de acero, 
caminos de miel, 
lenguas de fuego, 
besos y besos en tu piel. 

Te sueño mágica, plantada a mi puerta,
meciendo el silencio en tus brazos
como niño inquieto, enjuto de calma;
llueven las nubes que hablan de pena.
Ahí plantada, te vivo eterna, 
llamas con nudillos tímidos
a mi primavera, veranos de pasión, 
y yo abro, impaciente, a la espera. 

Montañas de acero, 
caminos de miel, 
lenguas de fuego, 
besos y besos en tu piel. 

Cautelosa, tu mirada son mil poemas
escritos a fuego, en tantos universos, 
tantos mundos por visitar, nosotros, 
con esas rutilantes estrellas. 
No existen palabras, no hay práctica en la letra, 
no silban los suspiros de tu corazón, 
sino los gemidos de tu alma, 
precediendo el avance de besos como tormentas. 

Montañas de acero, 
caminos de miel, 
lenguas de fuego, 
besos y besos en tu piel. 

Como los primeros humanos, Adán y Eva, 
desnudos al abrazo, cobijados del mundo,
de los espías del secreto, agentes del amor
que nos ven en nuestra íntima naturaleza. 
Das un portazo, te arrimas a mi cristalera
con la brusquedad de una salvaje
y una risueña niña, 
con manos de romántica bestia. 

Montañas de acero, 
caminos de miel, 
lenguas de fuego, 
besos y besos en tu piel. 

El aliento se hace hielo, luego quema,
las gargantas como puentes de polo a polo, 
andares por ellos como gentil bruja, 
en mi cuello bailes con tus pies de luna llena. 
Perfumes de amor, leche materna, 
aspiro de ella lo que es mío, 
derecho irrefutable, propiedad legítima, 
mi diosa, mi feliz mujer, delicada doncella. 

Montañas de acero, 
caminos de miel, 
lenguas de fuego, 
besos y besos en tu piel. 

¡Montañas, por Dios! Llenas de néctar, 
me aferro a ellas en mi último halago, 
precipicio que me espera si me suelto
de esas tus tesoros, tan tuyas como de mis ofensas. 
¡Ofenderte quiero!, a veces, como ramera, 
y termino llorando contigo, tiernos, 
dulces en brazos de nuestras madres, 
bebés riéndose luego, amor de tal belleza. 

Mujer mía, mujer eterna,
besos de agua, caricias y rosas, 
duerme conmigo, en silencio, 
hasta que mi alma muera por poeta.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

jueves, 24 de octubre de 2019

Impenetrable

De esas tormentas que persiguen la tristeza, 
no hay corazón valiente
que disfrace al humano o animal
por la flor que nunca es arrancada de la tierra. 
Deseosos brazos por tenerte, de mí quieras
los mundos que siempre soñaste, 
desde pequeña hasta fruta madura, 
nuestras espadas ya se oxidaron en la guerra. 
Te guardo en mi corazón, sonrisa perfecta, 
calmos latidos, incluso ruidosos en su silencio, 
el mismo de este cosmos nocturno, 
por donde cruzo a ver nuestras estrellas. 
Tus ojos, mirada tan serena, 
como un ente enamorado de lo más bello, 
ahí me veo, espejo de Dios,
el mismo cielo por el que van mis letras. 
Tal mismo vuelo que toma un poeta, 
a ese lugar llamado Amor,
quién diría que en ese hogar
hallé el beso de mi gemela eterna. 
Mil destinos cuando me piensas, 
y qué más da si en ellos me batallas
por todo lo que nos apasionamos,
desde que duermes hasta que despiertas. 
Y te cobijo en mi alma, vasija de piel y venas,
con la que recojo tus lluvias, 
fríos de soledad, momentos de angustia;
yo siempre seré ese mar que fluya tu botella. 
Desde esta vida alienígena, mi gran maestra, 
te llevo lejos, astral, mágico, 
tergiversando este fenómeno paranormal
al que llaman amor de pareja.
Y nos fundimos en una sola esencia, 
savia del Árbol del Edén, única, 
que nos recorra por completo:
dentro con un beso, luego un poema. 
De esos misterios que la gente ruega, 
el nuestro no mira más que a caricias, 
el roce que tanto nos abriga, 
y una mirada que nos convierta en leyenda. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

jueves, 17 de octubre de 2019

Willy Fox

Como masajea la arena a la playa,
el cielo al infinito universo,
oro a la envidia, el viento a la tierra,
o el encuentro de nuestra mirada.
Se derrite el templo en agua,
los cuerpos andan desnudos
por caminos atestados de besos,
y por bosques donde ya no hay calma. 
El silencioso volcán estalla,
la naturaleza no obedece,
el tiempo se vuelve tímido, 
la noche se hace magia. 
Te hice mía en España,
dormimos juntos en Suecia, 
nos dejamos la ropa en Escocia, 
los besos continuaron en Italia.
De ahí, nos casamos en Jamaica, 
en Dublín conocimos más caricias, 
me sonreíste en Rusia,
nuestro secreto quedó bajo África. 
Piso tierra mía, tierra que me ama,
tierra ligada a mis poemas;
nos amaremos por todo el mundo, 
en menos de lo que el gallo canta.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 11 de octubre de 2019

El Diamante del Amor

El Diamante del Amor:

Un nuevo poemario de amor. 

Puedes adquirirlo en:
Editorial Unisan: https://editorialunisan.mx/producto/el-diamante-del-amor/

jueves, 10 de octubre de 2019

Misterios del amor

Subliminales mensajes en las miradas,
incultas del amor, suaves, simples,
mancilladas solo por el aroma del silencio,
se sonríen con pasión legendaria.
Esos ecos que invitaban
los adivinos del corazón,
gentes de pociones rosas;
somos nosotros el ingrediente que falta.
Como cuando dicen ¡Viva España!,
así me siento en tus brazos,
únicas veces en que soy tú,
y descubro una nueva Atlántida.
Todo queda en pocas palabras
por los besos, caricias, pieles
que cruzan lo prohibido…
El amor después se hace miscelánea.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 3 de octubre de 2019

Astrolabio

Del collar de perlas del cielo
se desprende esa lágrima
a la que llaman cometa;
lejano deseo del tiempo.
Desde lo llano del universo,
el numen no tiene origen,
se desprende de un llanto
que dio vida al ruego.
Es ese estigma que favorece lo nuevo,
lo desconocido, lo esencial,
misterioso y prohibido;
eso que llaman un beso.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 26 de septiembre de 2019

Me haces sentir

Me haces sentir enamorado, en el mar,
contigo en un rascacielos, lejos,
maravillado, tan entregado,
lleno de vida y poderosamente estelar.
Me creo más que un titán,
fuerte por los dos, mágico,
encadenado solo a ti:
mi única paz.
Me haces sentir firme, también especial,
que si caigo en las malas garras
tu sonrisa siempre me vigila;
la luz entre las tinieblas, ahí ella está.
Me haces sentir como un roble imperial,
señor de todos los bosques,
líder de la fauna de este mundo,
extraterrestre y fuera de lo normal.
Así me tienes cada día, igual que la libertad;
ahí vivo cuando me amas,
soy tu anillo, tu dedo infantil,
el que me señala cuando me quieres besar.
Soy ese al que siempre piensas amar,
desnudas sin preocupaciones,
le cantas en cada sueño;
me haces sentir que soy tu eternidad.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 19 de septiembre de 2019

Miradas

Eres como la luz de esos astros
que resplandecen de lejos,
desde lo más hondo de los universos,
como el polvo de la chistera de los magos.

Eres esa energía que fluye magna,
imperial en mi tímida sonrisa,
suave como la fresca brisa,
feliz como una madre y su nana.

Así te ves en el poniente, horizonte hermoso,
azul del cielo de un mundo perdido
donde tú eres mi laberinto preferido,
donde me hago tu poema, lo más dichoso.

Así te encuentro en cada alimento,
dulce como la playa de la mañana,
salada como una noche ajetreada,
sabrosa por cada vez que te siento.

Sí, eres para mí un libro abierto
donde llorar una historia trágica,
fantasear con una vida mágica,
o escribirte mi beso más perfecto.

Sí, así seas siempre que te eternizo,
ídolo para los dioses que nos han abandonado,
envidia para el mañana que me habrá arrugado,
contigo siempre, mi musa a la que poetizo.
© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Desde otro mundo

Las estrellas de mi hogar, el tiempo
las borra como un niño las borra
por haberse equivocado tantas veces,
y lo pinta de nuevo de color universo.
Conquista y derrumba un imperio
como montaña de granos de arena
se derrumban de mi reloj
por tener un tímido hueco.
Se deshacen esas estrellas, en un sueño,
como comida para los canes,
sobras para los mendigos,
y la última cena para el muerto.
Y el tiempo borra mi cielo,
a donde quiero reunirme
con los ojos que me ven,
me ven desde tantos milenios…

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 6 de septiembre de 2019

El amor es un momento

Ese dulce aroma que azota el viento,
la sed que adolece la ira,
esa cosa que es tan placentera
a la que llamamos amor, cierto.
A veces como arrullo perfecto,
otras, como el azote de una hormiga,
el sigilo de un lobo
que desliza su garra a través del silencio.
¿A qué huele el amor? A cielo,
al mismísimo Edén cuando el cuerpo muere
y el alma fuera agua, saliva del cosmos,
terminara en manos del ser más bello.
Así atraca un barco en el muelle del Infierno,
mismo beso para un moribundo,
mismo destino para una flor marchita;
así es el amor de un muerto.
Y cuando florece del más profundo riachuelo,
es como la magna fuerza de un coloso,
todo lo puede, nada lo impone;
sí, así es el amor de un hombre sin tiempo.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 29 de agosto de 2019

Olvídame

Cuando mires al cielo y no veas estrellas,
sabrás que mi vida llegó a su fin,
que el viento ya no lo sopla mi suspiro,
ni mis letras son tan dulces como eras.
Cuando ya no oigas la mente en tu cabeza,
sabrás que la he abandonado para siempre,
que tu sonrisa me la han robado,
que tus brazos ya no estarán a mi puerta.
Cuando bebas del agua de esta tierra,
sabrás que mis besos no fluirán
por las corrientes de antaño,
que siempre nos hicieron felices, ahora viejas.
Cuando llores por mi permanente ausencia,
sabrás que mi corazón ya no tendrá poder
para dar el último suspiro,
ese que mueva el viento, hacia la pena.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 23 de agosto de 2019

Estrella

Anuncia mi desvelo una estrella,
un deseo se cierne sobre mi corazón,
la conquista de un reino, la mujer,
y la paz sobre la guerra: ella.
Que de mis besos nazca una fiera
en busca de su ansia, goce infinito,
provoque su sed, esencia del destino,
y en su cuerpo, dedicarle una nueva era.
Que los poemas viajen en botella
a través del océano, aventura pirata,
cada ola te sepa a cielo,
y de ese cielo, tú seas esa misma estrella.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 16 de agosto de 2019

Mía

Sabed que en su nombre escribiré,
en su origen la hice mía,
en su nacimiento me poetizó,
de ella me enamoré.
Eterno es este sello, la hechicé
como una sirena a su mar,
o la envidia a la bondad,
en ella me dormiré.
Del abrazo irrompible, así es,
del camino a su cuerpo hay un poema,
y hacia su alma, lo prohibido,
todos los días la conquistaré.
De todo universo añil o del ayer,
en costumbres falsas, tradiciones místicas,
ha tocado mi mano lo sagrado,
y con ella y un beso, te eternizaré.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 9 de agosto de 2019

Su Nombre

Me encanta tratarla de usted,
su belleza se vuelve intocable:
elegante en vestidos de noche,
epicúrea en alimento y sed.
Ahí está ella, ved,
que su movimiento es un juego
con el aire, espectador inquieto,
como la idolatría de una araña a su red.
Sonrisa de castillos, una reina es,
de esas modernas, de las que no hay,
y sólo existen en la mente de un poeta,
con mi corazón en su boca, yo lo sé.
Su imperio mayor está en sus pies,
desearía ser tierra debajo de ella,
losas de mármol, oro para sus dedos,
y aceite para lavarlos, como Dios a su fe.
Ni contando hasta diez,
no soportaría mi vida con su ausencia,
un ángel la hizo perfecta,
y así es como la trataré a… usted.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 2 de agosto de 2019

Alegre

Expresa mi miedo el temor de perderte,
el riego sanguíneo se me fosiliza, muero,
mi corazón se pierde en un laberinto,
y mi alma olvidas, con tal de no quererme.
Insecto me vuelvo, ave Fénix silente,
sentido único para este cosmos, vil,
frágil a mis ojos, fuerte para mi esperanza,
y único para mi ser tan diferente.
Existe un mundo llamado mío, extraterrestre,
perfecto y donde te hago mi dulce de fresa,
y ya no tengo miedo de que te vayas;
con este verso, te he vuelto a hacer alegre.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 26 de julio de 2019

Ruego

Para qué engañarme, para qué,
si desde el primer comienzo del universo,
ya te amaba, ya te ansiaba, te soñaba,
como el día en que te dije “te quiero".
Aunque las ventanas rompa,
las paredes queden sordas por mi destierro
de las blasfemias de una mala boca,
no dejo de susurrar tu nombre al viento.
Necesito saberte, como un espía
que aprendió a hacerlo sin un maestro;
necesito olerte, el perfume de mi vida,
el que Dios me dio desde otro tiempo.
Y por las noches te tomo
sumida en las lágrimas de mi ruego:
“ven, ven", y yo voy a tu amor,
con tan solo sonreírme tu beso.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 19 de julio de 2019

Llevanza

Dale al viento lo que es del viento,
dale lo que un día te entregó,
y a voz de pronto, te lo arrebató,
dejó al corazón en silencio.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno)
España.

viernes, 12 de julio de 2019

Aquel

AQUEL

Aquel lugar donde estarás,
aquel sitio donde te debería de encontrar,
aquellas lágrimas tan desoladas,
esos instantes de imperio nocturno
por el que el mar se aburre
con su mismo movimiento:
lloros y nada más.
¿Dónde estarás? Pregunta mi credo,
eso que ya perdí, mísera ayuda,
ni auxilio presta cuando mueres por nada;
¿y para qué vivir? Solo por poeta se vive
en este mundo lleno de plagas.
¿Dónde estarás? Cuestiona mi alma
el débil quejido de sus vísceras,
ya convertidas en carcomidas cartas,
viejas, sin destinatario, perdidas
y sin corazón al que dirigir,
su último aliento de amor y magia.
¿Dónde estarás? Eso que buscamos
como manadas enloquecidas en hallazgo
de una vaga respuesta, o una daga
que escribe nuestro dolor,
en vez de nuestras lágrimas.
Y me pregunta mi musa:
¿dónde estará lo que amas?
Yo no lo sé, si vive en esta vida
o en eso que de espinas y espadas hablan;
yo no lo sé cómo se diga,
si tuve en este mundo lo mejor,
o una temible desgracia;
yo no lo sé, preferir que me olviden,
u olvidarme de cada alma.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 6 de julio de 2019

Deshumanizado

Al cruce nuevo, viaje inesperado,
el mundo manda en mis pies,
el eco de la vida me susurra:
el nuevo destino es agraciado.
Es un paraíso, lo llevo marcado,
a mi pálida piel durmió,
de mi pálida piel se enamoró,
llovió de su alma el llanto legendario.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 22 de junio de 2019

Artemisas

Como el primer latido del inicio del mundo,
querer con ese amor legendario
es saber amar de principio a fin,
estando por separado y en uno.
Cómo ver con ojos de ninguno
de dónde nacen las venas
por las que esa sangre apasionada,
ruge de fuego tan profundo.
Y esa ráfaga del primer minuto,
quién la deslizó de su aliento
al pronunciar tanto silencio,
para dar comienzo al abrazo oculto.
Si Dios existiera con cada puño,
no habría maldad en el planeta,
los humanos serían polluelos
de padres intentando un vuelo absurdo.
Si la naturaleza dijera su discurso,
acabaría con el fin de sus días,
con cada historia de sus hijos,
y las grietas de tan mal orgullo.
Si un pájaro supiera hacer un dibujo,
plasmaría sus arcanos más espías
que de sus alas ha visitado
desde su nido, hasta terminar mudo.
Como el propio viento, siempre adulto,
el mejor juez por quien castiga
con los sirocos del primer latido;
el mismo que matará este mundo.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 15 de junio de 2019

Supremacía

Flores, cantad para mi amor,
aborreced a quien os teme,
os destruya y os queme,
pues sois más que yo.
Haced de la naturaleza un dios,
bailad para todos los seres,
gentiles animales, y pobres dementes,
sed más que el titán de mi corazón.
Flores, escribid el mundo con color,
vestid mis condolencias con poderes,
dadme conocimiento, otros saberes,
para en esta vida, prestar más atención.
Dejad que os ilumine el sol,
rosas, margaritas, orquídeas, claveles...
esencias para la mujer, más de mil veces,
y para el hombre: un ramo lleno de dolor.
Os examino cual viejo doctor,
joven entusiasta, siempre hago mis deberes,
con todas vosotras, con vuesas mercedes,
señoras mías, gobernantas de mi pequeño rincón.
Flores, os escribo como propio autor
de protesta por el árbol, anciano ente,
murciélago y tigre, vigía entre la gente,
sois padre de todo, mi hermano mayor.
Semilla gigante, coloso de madera, mi señor,
controláis la primavera, mi amo inerte,
guardián del mundo, paladín valiente,
os adoro como otra rosa, lejos de otra flor.
Flores, ahí está mi ídolo, mi lord,
el Gran Inmune, el hombre fuerte,
ese que llaman árbol, un bosque viviente,
un amigo que nunca tiene reloj.
Rocín majestuoso, no tiene domador,
fuerza de mil hombres, caballo sin jinete,
el cielo alcanzas, con humildad inteligente;
quiero ser tú, y no orgullo por error.
Flores, mirad mi condición,
anhelo ser ese planeta, madera sin pieles,
poderosa criatura, tótem omnipotente,
cuidador de vosotras, flores, sin razón.
Mirad aquel que es mi profesor,
que a los humanos juzga por siempre,
y lo talan con reproches, esos crueles,
lo rechazan por ser mejor.
Mirad aquel que es mi interior,
mustio ahora, arrugas por toda su frente,
justo a su final, a su lozana muerte...
Flores, llorad por mi amor.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 7 de junio de 2019

Corinto

Rojo amanecer, lluvia de amor,
esperanzado se siente
el albo palomo que viaja
como fénix saliendo del sol.
Tras esa discusión,
romper ventanas, tirar jarrones,
y el aliento huele a besos
cuando arrepentido sale de su voz.
Yo no sabría decir, mi Señor,
que de la vida nace el yugo,
ahorca al joven humano,
y siendo mono, con más razón.
Yo no sabría decir de mi corazón
que lo late el destino,
lo vigila el miedo, la sed,
y al morir, se lo lleva algo superior.
¿A quién adorar con honor?,
si la vejez del alma no llega,
pero tose cuando la dañan
como aire al cerrar la habitación.
Nos hace tanto color
el pintar una mañana, tostadas
de queso, chocolate caliente
y un sorbo de tu café: la tentación.
Por el mundo hay tanta información
que ni en una piedra cabría
tantas coces de los tercos,
y hacer una saga con cada opinión.
Nos dejamos en una pluma el reloj,
el tiempo en una historia:
crema para el sabio,
y olor a santo para Dios.
Y la ancianidad, arrugas y dolor,
los huesos se quiebran
tras el último poema,
y me postro ante la muerte: mi lord.
Rojo amanecer, lluvia de amor,
esperanzado se siente
cuando el arcoíris es un quetzal:
el Paraíso en una sola flor.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 31 de mayo de 2019

Aquí hay algunos de mis dibujos sobre la Saga Eterno en los que he trabajado. Mucho esfuerzo y dedicación (sobre todo para el primer dibujo: Belión, mi preferido).


Belión, el Eón de la Luz.


Armas


Lerolean Maser Symaz


Lerolean armada


Un escenario de un templo


Armadura de un caballero de Naleigh


Naves de Naleigh


Armas de la nave

😒 Lo que cuesta hacer un libro (referente al esfuerzo, no al dinero, que eso también). Primero y lo más difícil: escribirlo, lo que conlleva una historia, ideas, guías, esquemas, mapa mental, cuadernos a montones...; que si luego los mapas (llega la hora más diver: dibujar, y lo que más tiempo lleva en una novela de fantasía); que si después de tenerlo terminado, decorarlo con algunos dibujitos, biografía de autor ---entre tanto, música para inspirar---, portadilla, símbolo de la saga, otros símbolos para capítulos y subcapítulos, sello propio como escritor...; y, finalmente tras arduo y arduo esfuerzo, la contraportada (sinopsis) y la portada. Pero cuando ya lo tienes terminado, el resultado es imponente.
¡No hay palabras para describirlo!
Algunos lo llaman "hijo". Yo lo llamaría "dios".
Quien diga que crear un libro es fácil, es mentira. Y mucho menos una saga.
Muy pronto, Eterno mío... Muy pronto... 
🥰😍

Amoria

La lógica no tiene sentido
cuando el amor pierde
eso que conocemos como razón;
todo ya no es lo mismo.
Es como haber parido un hijo,
el tenerte en los brazos,
acariciarte lo que me has esperado,
tan pronto, en un visto y no visto.
Ya nos lo habían predicho:
nuestra historia iba a ser especial,
en una pequeña estantería,
está nuestro mágico libro.
De varios, un solo camino
hemos tenido que cruzar
para volver a tenernos,
y nadie nunca nos lo había mentido.
Las veces que te contemplo en mi sino,
las pocas ocasiones que debo
decirte lo que tan fuerte quiero;
eso seguro que no está escrito.
Todo lo que nos vino
por este poco mundo,
tan lógico de su realidad;
ilógico es lo que me has querido.
Por tanto tiempo en este hilo
de seda gris que enhebra nuestra vida,
siempre estaré sellado a ti,
por mil centurias, cien leyendas, y un mito.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 24 de mayo de 2019

Trance II

Derrotaremos la vianda
que viaja por nuestro cuerpo,
mal adquirida, maleducada
cada vez que caemos al suelo.
Levanta, ¡levanta!, un pie tras otro,
deberás volver a ser maestro,
alumno intranquilo, joven pensador,
bautiza al mundo con tu criterio.
No des la mano a la mentira,
que no tome de tu copa el miedo;
ten siemre esa fuerza
para eludir al aquejado, al muerto.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 18 de mayo de 2019

Mitas

Metódico es el lenguaje
que sabe de amor sin razón,
sabe de naturaleza ordenada
y de la sangre de una enamorada mujer.
No hay rayo de sol
que no ilumine mi mente
desde mi ventana, en esta poética carta,
lo que te escribo sin comprender.
Vestidos están los árboles,
ahí plantados, sin ningún movimiento,
y los envidio demasiado,
que desnudo ante ellos todo mi ser.
No dirijo esta tinta
ante tantas letras, ni de ella partir
lo que nos trae un legendario beso;
en él nos hagamos desaparecer.
Suspiros... Se los lleva el viento,
de él Dios da de tomar
a quien le tienta con amor,
a quien le reza que nada quiere temer.
Si fuera una raíz un anillo,
con él te daría a entregar
ese único deseo que avariciamos:
esposa, de ti jamás me quiero desprender.
No hay libro que valga
que en ellos se torne la historia
en una secuela de nuestro amor,
o en el advenimiento del desvanecer.
No, que no se desvanezca nuestro conocimiento,
la divinidad que nos une,
el ejército de un corazón invulnerable,
ese que siempre nos tratamos de enloquecer.
Entre rugidos me tienes,
entre lágrimas me socorres,
y en tus sueños me idolatras
como si fuera una canción a componer.
A este paso por la tierra,
y hasta el último aliento,
que mi vida se haga jugo,
y de él siempre puedas beber.
Como fruta al vino,
o el vino a la mejor tesitura
que haga de nuestra leyenda
la mejor historia a conocer.
Que el mundo sepa de nosotros,
que el humano llore con nosotros,
que sus ojos tengan vida,
y no una muerte a favorecer.
Que nuestro amor sea signo de ventura,
una motivación, valor, carisma,
la espada de un caído caballero,
o aquello perdido de un dios: su omnipoder.
Que nuestro amor sea la centuria
que trajo consigo lo ancestral,
lo olvidado lo hizo aquí, nuevo,
lo devolvió del tiempo y lo hizo retroceder.
Que de la tierra nazca agua,
que del fuego, el alimento sea un manjar fresco,
y de las palabras acechantes,
de la envidia florezca la sonrisa, y su resplandecer.
Sí, ¡sí!, así deseo tronar
como caen del cielo los estrados del Santo
cuando la tormenta se hace Juicio Final,
y del final es la calma: el tierno adormecer.
Te amo tanto, que olvido dónde estoy,
que nací en la Tierra, pero no pertenezco a ella,
que soy un ser de otro mundo,
y tú el ángel que me vino a socorrer.
Si fuera poco lo que te escribo,
que caiga en mí el que me dé a contestar:
¿por qué te amo como un mito?,
porque eres la diosa, que me hizo volver a nacer.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 16 de mayo de 2019


Peque presentación de Eterno I y II. ¡Iníciate en la saga de fantasía con los Eones!

martes, 14 de mayo de 2019


A los Eones también se les consideraban mesías, santos, ángeles y de cualquier otra figura celestial, aunque también, si eran heredados por el Mal, podían convertirse en reyes de los infiernos, dejando de lado al mismísimo Satán. Pocos Seres Supremos tenían tanto poder para obviar a Lucifer y sus secuaces.
Entre esa escasez de Eones, destacaba uno que podía derrotar al Maligno en continuas batallas, al margen de los Seres Supremos que solo le impedían a Lucifer seguir el camino hacia la destrucción total. Pero ese ser tan majestuoso y excepcional había sido congelado hasta los confines de su propia presencia.
Dios permitió ofrecerle tanta energía a esa criatura celestial para ayudarlo a combatir contra el Demonio.
Los Eones eran bestias naturales y eternas que habían sido creadas por línea principal de Dios, fueron Los Primeros. Ocultados para guardar la Vida, vigilaban las esencias de los mortales y resolvían problemas relacionados con las fuerzas oscuras.
Cuando los Seres Supremos se reencarnaron en los individuos terrestres, a éstos los proveyeron de inmortalidad, aparte de magia con poderes limitados, ya que los Eones habían sido avergonzados por el Dómine al desobedecerle en un momento crítico del que pendía la Creación.
Además, no debían dotar a los elegidos terrenales de sus energías secretas, ya que podrían acabar con todos ellos en un abrir y cerrar de ojos.
Si los Eones habían resurgido dentro de cuerpos mortales, algo grave comenzaba a brotar.

© Todos los derechos reservados.

sábado, 11 de mayo de 2019

Derechos de autor

DERECHOS DE AUTOR

Según el BOE (Boletín Oficial del Estado), el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual de España, regularizando, aclarando y armonizando las disposiciones legales vigentes sobre la materia.

El autor Elías Enrique Viqueira Lasprilla, bajo el seudónimo Eterno, tiene protegidas todas las creaciones que produzca bajo firma propia y bajo la ley que lo ampara, siendo parcial o totalmente prohibida la reproducción o copia de sus creaciones, a menos que el mismo autor lo exprese.

Cerciorado

CERCIORADO

Alijo de prosas,
alijo de palabras,
en ellas me deshago
como chocolate a la nata.
Letras candentes,
historias sagradas,
en cada una me encuentro
como noche a la madrugada.
Poemas oscuros,
luz está en sus estrofas cuadradas,
porque sin ellas no es verdad
que el poeta no hallará a su amada.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 3 de mayo de 2019

Poémata

Todo poeta necesita una pluma,
su tinta, una inspiración,
la magia, un enigma
que le corrompa y lo mitifique
en el Inicio y Fin del Tiempo.
Todo poeta anhela a ese ser
que le bese las palabras,
le llore los versos,
le murmure su historia,
y le despose con ese mismo beso.
Todo poeta sueña
con esa bestia romántica,
salvaje amazona, continental belleza,
monumento perfecto y excelso,
que le haga huracán en las tinieblas.
Todo poeta necesita un amor, el Amor,
la Venus de Venus,
lo más oriundo de su espíritu
anidando a su lado,
su esencia misma...
Sí, todo poeta congrega
a todos esos deseos
en uno solo:
a la musa, que le haga de pobre,
a tener la mayor riqueza.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

miércoles, 1 de mayo de 2019

¡¡¡MOMENTO INESPERADO!!!
Queridos eternos y eternas (o como está de moda ahora decir el intermedio: eternes). Bueno, pues queridos "eternes" os traigo bombazo eterno. Aún os digo que todavía queda MUCHO para que dé su propia luz al mundo real, pero sí que puedo adelantar que habrá apariciones sorpresa, como brujas y vampiros, pero no los de siempre de la tele ni de cursis novelitas ja, ja. Estos nuevos seres harán acto de presencia en la La Gran Bruja, o más conocida como la Isla de Batra, del imperial dios Batra.
Y estas brujitas... pueden con los Eones. ¡¡¡NOOOO!!!
Vincent Fitzgerald se enredará en la trama de una súper arma humana, la que Belión doblegaba en su omnipotente puño derecho. ¿Logrará formarla o tendrá que obtener más experiencia para su dominio?
Aparte, os adelanto también un nuevo personaje bastante importante en la historia y saga eterna. Ella es una bruja vampiresa llamada Clasia Talenfor, de la familia Talenfor. Una mujer de alta alcurnia, algo recatada pero que su poder no se pone en duda. Tendrá un valor importantísimo para la trama, así como su propia historia dará un gran giro en la vida de los protas.
Ahí os lo dejo, jiji...
-Si todavía no has empezado a ser un fan eterno, ¡empieza ahora con Eterno I y II en Amazon, Lulu.com y cvcediciones!-
¡COMPARTE!
*Pixabay: imagen silueta mujer.




martes, 30 de abril de 2019

¿Qué representa Eterno como novela de fantasía futurista?

Eterno representa los valores perdidos de la humanidad como son el coraje, el intenso amor, la pasión por lo que más necesitamos y ansiamos, la búsqueda de la auténtica verdad, la impertérrita fe o hasta el origen de lo desconocido. Eterno busca el empeño por nunca decaer en un universo en constante cambio, que no solamente mundo; y entre tanto, algo llamado Dios, Supremo Ente, Alienígena Único o el Santo, llámese como se llame interferirá en esta saga como entelequia a la sombra del protagonista, tanto guiándolo como perdiéndole en roles que jamás un ser humano pudiera escudriñar.
¿Y qué hay de eso que llaman Oscuridad? En esta saga veremos que no solo lo lumínico es lo único benigno que brilla con luz negra.

Descarga el libro en: Amazon, Wattpad (primeras páginas), Librería Lemus o cvcediciones.


Vincent Fitzgerald, protagonista de Eterno:
Vincent Fitzgerald, el protagonista de Eterno, alguien con un poder oculto que jamás pensó en que lograría despertar gracias a fuerzas desconocidas, o mejor dicho: a la Fuerza Desconocida. Un Eón único, que su deseo más ferviente era anidar en Vincent para combatir la Oscuridad.
Vincent, el Héroe del Mundo.

sábado, 27 de abril de 2019

Cursilados

Maldigo aquel día en que empezaste
a llamarme como a una lenteja,
a ser un niño cursi,
en vez de mi hombre poeta;
me obligaste a comportarme como tú,
infantil, risueña, feliz y coqueta,
y la verdad es que me fascinaste,
me guiaste con nueva letra
por mundos tortuosos como Caperucita,
o como una extraña princesa.
No, bendigo aquel día
por no sentirme como una muñeca,
sino cual reina de los cuentos,
y única a tu vera.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 16 de abril de 2019

Mochila

En mi mochila tengo
mis más preciados tesoros,
desde documentos y diplomas,
hasta fotos en un viejo fardo.
Escondo mis pequeños detalles,
trofeos en forma de abrazos,
sonrisas y lejanos dolores,
con lágrimas de tantos años.
En mi mochila, hasta el dinero
que odia este mundo,
pequeños relatos, novelas
y mi propia suerte en un dado.
En mi mochila tengo mis poemas,
un almacén digital con todo
lo que mi don me entrega,
hecho con desnudas manos.
Y al margen de tratarte como una cosa,
me gustaría guardarte a ti también:
tú, la centella de mi mañana;
tú, mi musa, mi legado.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 11 de abril de 2019

Cortejo

Cortejo al ave que besa el viento,
esgrima sus alas como siluetas
de un ancestro olvidado:
lo mismo que yo siento.
Cortejo las millas lejanas del pensamiento,
donde la vista alcanza
ambos extremos puntos:
el duende y el titán que represento.
Cortejo una sonrisa, etérea, de cuento,
perfecta en una doncella,
cuando mi nariz entra en su boca,
huelo su alma, más que su aliento.
Cortejo al más bello cisne, ante él me desmiento
cual poeta negro, maltratado,
emigrante de otros versos;
de cojín me sirven, donde me siento.
Cortejo al todopoderoso conocimiento,
con una sola pregunta
ha de responder a toda la humanidad,
con más dolor y sufrimiento.
Cortejo al ojo de la noche, intento,
esos búhos, sabios para algunos,
enemas silenciosos de las estrellas
para mi pluma: lo que invento.
Más cortejo al crimen que ausento,
no ser digno del mundo,
incipiente filete para un nuevo libro,
vieja alma, joven sacramento.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 5 de abril de 2019

Ixchel

De diferentes formas,
como la ventana al nido
del gran basilisco, tu boca,
es lo que me da de comer.
Qué es el amor
cuando no se atienden a palabras,
silencio legendario,
digno del todopoderoso placer.
Eso que llaman sentir
es juntar paz y violencia,
guerra y un beso sin dueño,
para quien no se lo pueda creer.
No hay tierra, gentes,
problemas mundanos, origen del universo,
ni Dios entre nosotros;
solo mi aguja a tu coser.
Como una camiseta bien apañada,
un vestido conjuntado,
una corbata en traje blanco,
o el anillo al dedo de una mujer.
Todas, todas, todas...
Todas las doncellas, ¿para qué?,
si están dentro de ti,
dentro del orgullo de tu ser.
De la perfección nace la hermosura,
de una mirada al vacío nace el Todo,
la palabra oculta, el retrato mío,
así te siento, mi diosa Ixchel.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

lunes, 18 de marzo de 2019

Cuarto

Mi cuarto, elenco de letras,
encierro para el cuerpo,
musas en guardia,
para el alma, la libertad.
Hablo desde mis poemas,
mudo de boca, seco de lengua,
palabras hechas aves,
plumas de la verdad.
Traje de cuatro paredes,
duermo sobre historias,
sobre mundos inventados,
envidiado de mi soledad.
Mi tumba de pocas velas,
las sombras, mis testigas,
recuerdos para mi cuarto,
mi cuarto: Patrimonio de la Humanidad.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 12 de marzo de 2019

Mudo

La tinta es de los dioses,
el poeta es su instrumento,
una lira dulce o una guitarra roquera,
siempre emerge en el público la euforia.
De su pluma de ave fénix
las letras nacen en voz callada,
labios enhebrados por hilos de sentimientos,
el poeta teje su humilde memoria.
Las arrugas de su vejez, el papel,
en él calma sus emociones,
ruge sus inquietudes,
hace deseo su clamor de victoria.
Y tan solo queda en eso:
un ser solitario y acompañado,
el poeta es un alma en secreto,
la hache muda de la Historia.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 8 de marzo de 2019

Maltratada

Cuando llegas de trabajar
no hueles a mi sonrisa,
solo a odio y furia;
ten en cuenta que soy tu mujer.
Levantas la mano,
signo de herejía,
contra mis ojos:
enamorada de un hombre cruel.
El alcohol, tu amante ahora,
quien me discrimina,
quien me juzga por ya no tener
tus caricias: refugio de mi ser.
¿Qué haré ahora sin ti?,
tener un marido destrozado;
echo de menos tus besos...
Tus besos: Dios en mi piel.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Hermético

Las lágrimas son las ruinas del feliz,
la felicidad es la desgracia del envidioso,
el que envidia enjaula al exitoso,
éxito que pertenece a la vida de otros.
Mientras las nubes estiran mi sonrisa,
el eco de mi mirada engendra otra,
la que viene de mi alma hacia el mundo,
lleno de víboras en vez de humanos, nosotros.
Tan gélida emoción se esconde
en mi rostro de tez inaudible
al sonido de una mueca plácida;
un estado sempiterno de extremos polos.
Equidistante e inservible ante el tiempo,
mágico, además, haciéndole el amor
al origen de la vida, al cuidado del universo,
al estigma que nace de mil odios toscos.
Sin remedio en una sociedad sin amor,
no habrá medicina que los cure,
terminarán en mi semejante leyenda:
frescos, vestidos de Adán, y solos.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 1 de marzo de 2019

La robotización

Artículo mío sobre la robotizacion: beneficios y problemas.
https://www.facebook.com/notes/el%C3%ADas-enrique-viqueira-lasprilla/la-robotizaci%C3%B3n/2862631920414464/

miércoles, 27 de febrero de 2019

Hormigas

Rezad cuando Dios caiga,
caed cuando el último árbol del mundo
haga justicia sobre la Tierra,
reine el verde ungüento
del que todos estamos hechos
desde el alma: pura envidia.
Rezad cuando todo termine,
lo que sepáis, incluso si no sois
entregados al último suspiro del ser,
rugid vuestro espíritu,
que el mundo terminará
con los humanos caminando en fila.
Mira al suelo, y lo que ves
son las grietas de tus acciones,
aquellas que olvidaste corregir,
las malas que conjuraste contra todos,
que un día odiaste y te odiaron,
ahora son pasto de las Arenas del Tiempo.
No sabéis a dónde sentir,
lanzar la mirada melancólica,
destruida de amor, fuera de paz,
que en este hormiguero llamado mundo
todos somos ciegos como hormigas,
y como hormigas moriremos.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 21 de febrero de 2019

Miedos

Tengo miedo de todo,
asoma mi cabeza infantil,
ojos que ven lo invisible,
ojos que callan su mirada hostil.
Tengo miedo de mí mismo,
de ese futuro adulto, de perfil,
mira de reojo mi terror
apuntándome como un fusil.
Tengo miedo del universo,
¿qué es lo que hay fuera de lo civil?,
algunos lo llaman Inteligencia;
yo lo llamo ignorancia sutil.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 15 de febrero de 2019

Insípido

Chasqueo la lengua en desprecio,
un sinsabor de esta vida,
un encuentro cercano a lo paranormal,
como este mundo, sin inteligencia ni remedio.
El aire, la tierra, el fuego, el viento,
nada tiene ese sabor que busco,
ese espía del cielo que me da conocimiento;
la invasión perfecta al intelecto.
No es el dulce de ese amor
o la amargura de una mala rima,
el secreto celoso de no saber
de lo que te inquieta, esa gran pasión.
Un derecho es ese sabor;
¿a qué sabe el amor?, ¿cómo hueles?,
¿cómo duerme el cosmos en mi lengua?
"Quiero oler tu sonrisa, mi razón".

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 7 de febrero de 2019

Trance I

Me suplica el cielo
que ya es mi hora;
"vengo de otra alma",
le respondo al tiempo.
¿Quién si no iba a ser yo,
un retrato de un vago artista,
de un ritmo mudo,
intentando dar buen ejemplo?
La tierra no me obedece,
mancilla puercos de la vida,
los que agravan el Mal,
sobrantes arenas de mi desierto.
Las viandas de mi corazón,
épocas de mala cosecha,
germinan como espadas,
afilando el desprecio.
Las almas, ¿qué son?,
figuras retóricas de este mundo,
sinalefas de imaginativa unión,
poemas viejos de un escritor, muerto.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno):
España.

viernes, 1 de febrero de 2019

Paisaje

Los rumores del mar,
del cielo y la tierra,
del origen del cosmos,
aquello que es estelar nación.
Las habladurías de las ramas,
ardillas tejiendo cuchicheos,
poemas entredientes,
pulpas para la naturaleza del amor.
Existe un campo al que pertenezco,
un deseo varado en boca silenciosa,
cofre cerrado, perdida la llave
entre ocultas letras llenas de pasión.
Alas del cielo, millones,
en mis sueños están tus nubes,
las que veo en un pozo de lágrimas
por tenerte en mis brazos en flor.
Cada cuerpo a su alma,
cada ser a su destino,
aquella vía que nos lleva a otro mundo,
en el tuyo anido, senador de tu corazón.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 25 de enero de 2019

A un pedazo de flor

Humilde planta que yaces
en un vasto desierto,
y lo único que ves,
no es nada más que soledad.
Lástima, perjurio, increpancia sin demora,
lo que llueve no son lágrimas,
sino deshechos de destinos;
lo que vienta no son insultos,
sino palabras en contra de las almas.
¿Qué hace un sueño
viajando por el cielo?
Buscar a Dios, su única nube,
o la llamada del Divino Infierno.
¿Para qué vivir con el estigma del dolor,
cuando otras flores crecen
entre castas doncellas de oros,
y pobres de amor?
Para qué ser de la tierra
si de tierra misma condena saciedad,
viste destrucción a pies gusano,
con rostro de ángel, y sonrisa de caído.
De qué vale enamorar al enamorado,
cuando de lágrima escondida
amanece la luna de día
y el sol de medianoche, fuego de estrellas...
Humilde planta que yaces
en un vasto desierto,
y lo único que ves,
no es nada más que la ilusión de un imperio.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 19 de enero de 2019

Demencia

Locura, infestación, perturba, ansia,
furia desmedida en constante acecho,
gracia que es ella, la jeta de Lucifer,
encontrada en los recodos de la magia negra.
Oscuridad, encierro, laboratorio de quejas,
bosques inmensos de noches mortales,
lágrimas inmersas en continuo odio,
días después de guerra sin tregua.
Venganzas, vida que no respeta,
un tiempo futuro los colocará en su lugar,
en ese que llaman justicia,
eso que después da la felicidad, la eterna.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 15 de enero de 2019

¿Para qué hacer poemas?

¿Para qué hacer poemas?
No son más que palabras bonitas,
hermosas vivencias de antaño,
secretos bien merecidos,
o ejercicios para una literata lengua.
¿Quién los lee?, ¿quién da más?,
¿quién te nombra el éxito
o quién te da gracias y amor por ello?
¿Para qué hacer poemas?
Solo escriben pensamientos rimados,
objetos metafóricos, aventuras del sentido,
mente que vuela, viaja a la nada,
allí, vacía, llora por otros enamorados.
Un poema no es más que un verso,
estrofa, métrica, libertad de amor,
cárcel del destino, uno solo quien lo lea,
lo llueva, lo recite con su voz;
luego, al olvido, ahí queda,
en un cajón para la traición.
¿Para qué hacer poemas?
Son solo divinas palabras,
erotismo desvivido por boca femenina,
genealogía familiar, dones extraviados,
furtivos romances, historias en vela;
son solo letras para soñar en soledad.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 11 de enero de 2019

Continuidad

Encima de que los ríos vagan pobres,
llenos de soledad, ansiosos de vida,
viven por lo que llaman continuidad,
solo dan de beber a mujeres y hombres.
Botella al mar, carta a los sobres,
viaja lejos al barco de otro río,
al lago de otros mares impíos,
busca lo que desean los corazones.
Cambiar la vida de tantos colores,
un arcoíris o un cielo turbio,
poemas que quedan en vela,
velas que apagan mis versos de dioses.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 3 de enero de 2019

Paso

Adoradas sean tus andanzas,
las que propongas a una nueva vida,
las que vengan de otro tiempo,
de tu esencia, perfume de venturanzas.
Grandiosa tiranía, tus alianzas,
en cada dedo, en cada planta,
dorso y tobillo, hasta en talones;
por ellos vuelan mis alabanzas.
En soledad por ellos, añoranzas,
hieden a tierra mía, mi pertenencia,
mi dueña sagrada, camina por mi fe,
promulga mi vida, llena de adivinanzas.
Camina, camina, me alcanzas,
llega hasta el sino mismo de Dios,
ahí dejo mi tiempo, te espero,
templo para tus pies, mis esperanzas.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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