jueves, 30 de agosto de 2018

Hogar

A un techo y cuatro paredes,
muchos son los que lo llaman hogar,
también una mesa y un salón,
o el escritorio donde te sientes.
Hay más hogares en este mundo y sus mieles,
como el vivir en tu mujer, en su nido,
en las entrañas de su goce y amor,
y hasta en el rostro de Dios, y sus muertes.
Un hogar puede ser eso que sueñes,
la felicidad, la armonía, el silencio,
la paz y un gemido de tristeza,
o un rezo en la iglesia con sus fieles.
¿A qué llamar hogar? A un viernes,
un relleno de coco con fresa y chocolate,
un juego de niños, una muñeca,
al caminar por la Tierra y todos sus continentes.
Yo llamo hogar también a los albergues,
al mendigo, al paupérrimo, al destino,
a vivir por lo que buscas, lo que deseas,
solo con lo justo y suficientes.
¿Ricos? ¡Jamás! Sé libre a tus placeres,
llama hogar al principio, al origen, al futuro,
al pasado donde los recuerdos se renuevan;
llama hogar a las madres y sus vientres.
Pero yo llamo hogar a los poemas que siembres,
a las manos trabajadoras, al cielo, al corazón,
al amor y al alma, a mi doncella perfecta…
A la espera de ser un lema para ti, que me lees.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 28 de agosto de 2018

Rompeolas

Rocas que frenáis la sed
de la que el océano se alimenta,
aplasta aquellos a los que odia,
germina el bien allá por donde se sienta.
Huye ese cobarde de esta ira
de la que se nutre y comenta,
el general del Destino,
el hereje que enfrenta.
Romped contra las rocas, olas mías,
que la desgracia fluya violenta
hacia el agujero del destierro,
hacia la nada que ya lamenta.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 23 de agosto de 2018

Dos más

Se te habrá olvidado
que hoy hacemos una nueva velada,
en un día como hoy
te pedí ser mi joya tallada
en mi corazón de poeta,
de noble letra encantada.
Tu piel, tu tersa piel,
en ella cae mi palabra mojada
de besos y labios,
de amor y lágrima reinada.
Un día como hoy, te hice mi virtud,
mi sangre especial, distanciada,
de sonrisa de luna, de sol diamantino,
mi mujer, mi alma eternizada.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 21 de agosto de 2018

Conjuro a la abeja

Abe abeja, tú eres la de la flor,
la tan vestal, la tan bella,
la que conduce la vida,
la que después se la lleva.
Abeja de la miel, de la rosa,
la de pétalos de espina fresca,
la que jamás olvida el amor,
o termina por escribirlo bajo una vela.
Abeja de los arcoíris, gentil,
de grácil práctica, voladora eterna,
lleva este poema a mi amada,
envíame su sonrisa perfecta.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 16 de agosto de 2018

Enquijotado

Lancero ecuestre de valiente corazón,
de gigantes ibas a matar, y molinos eran,
que tan vergonzosa equivocación.

Esbelto paladín, sabio sin parangón,
con Dulcinea esperando a tus aventuras,
y tú huyéndola, en sola habitación.

Protector del inocente, lanza en condición,
ningún león te tema, pues son solo bestias,
bestias que firman miedo desde otra región.

"¡Sancho, agudiza tu visión!",
dices ante tamaño espectáculo:
un carruaje lleno de imaginación.

¡Esclavos, dragones y traición!,
abre ese libro de la magia,
verás en él a un rey sentado en su preocupación.

¡Dulcinea, dónde estás, en qué balcón!,
exclamaría él, caballero impaciente,
dispuesto a toda revolución.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 14 de agosto de 2018

Golondrina roja

Raudas, veloces, astutas,
golondrinas del amor
que viajan por esas llanuras
que ejercen fuerza de mil hombres,
y de mujeres se llenan mis hambrunas.
En quehaceres mágicos, verdes,
de campos vastos como marabuntas,
enredados en nuestros brazos,
cadenas del ciclo de las mayas runas.
Cortadoras del silencio, misteriosas,
calladas cuando hay penurias,
estridentes como un bebé en un bosque,
un bosque de miserias y fortunas.
¡Golondrinas!, tóxicas por la tierra,
maravillosas por el cielo de las centurias,
enhebrando las vidas que mueren
por la sangre desnuda: sangre de lujurias.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

domingo, 12 de agosto de 2018

De vida a vida

Así has sido, mejor que Dios y la vida,
un padre de verdad, un amor masculino,
mucho más que la octava maravilla,
omnipotente, heredado para mí,
como esta existencia, esta misma,
este ser empequeñecido que tanto te ama,
tanto le has dado, y le falta todavía,
y cuando la hora llegue de marchar,
me llevaré un pedazo de tu alma, también mía.
Allá donde el destino me espera,
te vienes dentro de mi sonrisa,
una fuerte, llena de gracia,
simpática como la tuya, una de tarde dicha,
pero que al final nos llega lo que tanto ansiamos;
a ti un cumpleaños más, ya de visita
que viene para quedarse, y mañana,
pronto marchará a una nueva salida.
Feliz cumpleaños, papá,
y que en esta nueva tarta, no falte esta poesía.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 9 de agosto de 2018

Vergelino

Luz de mi vida, luz del secreto,
centella que despega del alba,
vibra las historias, el tiempo,
cabalga por la esquina de la vida,
pule las mejillas de nuestro sueño,
ese que es un hotel de lujo,
sin paredes, sin gentes, solo eterno.
Luz de mi savia, luz de esta caja
a la que por nombre llamada Pueblo
se desentrañan todos sus arcanos,
todo lo que es amor y deseo,
que en poema antiguo se huracana frenesí,
en beso de moras se hace perfecto.
Abraza mis canciones, mis llantos,
mi naturaleza, mi "te quiero",
luz que resides en ella, mi salvación,
mi libertad, mi verdadero sendero,
el camino de mi alma, el mundo mío,
mujer de mí, deja que te lleve al cielo.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 4 de agosto de 2018

Roca

Roca nocturna, roca vespertina,
con el espejo de la estrella,
en tu dureza ella se ilumina.
Roca que todo has pasado,
por debajo de los pies de quien camina,
incluso al de la frente del pecado.
Roca, tú eres la que me destina,
me sirvo de tu asiento
para descansar mi rutina.
Compañeras del campo, del pésame,
más rocas como tú, tan divina,
hasta del cielo caes en lluvia de Pléyades.
Roca papira, Egipto te domina,
con letra en dibujo,
arte también de China.
Roca del mundo, mi Tierra,
soportas al humano que te fulmina,
lo llevas en el centro de tu alma.
Roca de mi tumba, mi última gabardina,
acógeme con brazo de piedra,
cierra mis ojos: la última cortina.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Nuestro camino

Eres especie, eres enigma,
eres secreto de mi cuerpo antaño,
un mundo sin límite,
el alma del éxito máximo.
Sirves a mi amor, mi pasión,
el sueño de nuestra vida, en lo mágico;
vives en mi universo,
en uno que por nuestro nombre, es llamado.
Eres constelación, estrellas,
el ADN de todos mis inmortales años,
las lágrimas de todos los hombres y mujeres
que por adorando la felicidad, han diluviado.
Las lágrimas de mis ojos, eso eres,
también el destino de lo sacro,
lo bendito, lo más inocente
que pueda sostener en mis manos.
Como así lo eres tú, tu sonrisa,
el fertilizante de esta tierra que tanto amo,
la que tú eres, mujer sagrada,
propietaria de mi sangre, poemas y valor de soldado.
Eres la voz, el susurro, el murmullo del viento
que por nadie es movido ni alimentado;
eres la savia del mundo, de lo etéreo,
eres la intachable fe que le falta a todo ser humano.
Eres la esfinge de África,
la leyenda perdida de Asgard, mito escandinavo;
el fuego de América, la lujuria de Europa,
las aguas sedientas de Atlántida y su legado.
Eres el Sol, las lunas, el paraíso desconocido
que jamás se ha encontrado,
el cuento de mi infantilidad, la arruga de mi vejez,
el origen de todo lo que te he deseado.
Eres el numen de mi divinidad,
el golpe de luz que me regalas en forma de rayo,
y me haces tu Zeus, el rey de tus héroes,
me conviertes en Dios, por ti, arrodillado.
Me haces palabra por beso
escrito en un volumen por siempre recordado,
y eso eres además, la letra por la letra,
el viaje que todavía no he conquistado.
Eres un jeroglífico en mis sueños,
la suma y múltiplo de mi sello enamorado,
el ente dentro de tu cuerpo,
el gemelo por el que tanto he llorado.
Eres la perfección, el rezo completo,
la totalidad del universo, lo lejos y no divisado,
el sin límite de mi fuerza,
la belleza suprema para mis ojos hechizados.
Eres lo que siempre he querido,
el primer poema del primer poeta encandilado,
ese que le juró amor a su dueña,
como yo te juro a ti, hogar mío, ser tu hombre eternizado.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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