domingo, 30 de septiembre de 2018

Cantares

El canto universal, voz de amor.
Canto a las estrellas, al origen de lo ecuménico;
canto a todo lo que fluye, a la pasión;
canto a los animales, a los bosques,
al verde de los mares, al azul celeste,
al viajero que necesita de agua,
al calor que siempre nos puede.
Canto para mí, para ti, de tanto amarte;
te canto sin pensarlo, sin soñarlo;
te canto también para tus aves,
tus sueños, tus deseos por mí.
Canto a la magia, al hombre enamorado,
a la mujer que lo espera,
al perfume entre sus brazos.
Canto para los pobres, a sus débiles ánimos,
al ducho y elegante ente
que trabaja por ellos entre sombras,
cantándoles también.
Canto, canto y canto,
canto de cantares a las voces en coro,
a los ángeles y demonios;
canto a los ricos y sus corrupciones,
a los soles que me quemen,
a las lunas de mis noches.
Solo quiero cantar para ti,
que aunque no sepa,
con dos palabras de un verso me sobran:
"te quiero".

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Verdes

Árbol del hechizante estío,
árboles de la frondosidad,
amarrados por venas del mundo,
árboles que avistan ya el frío.
Árboles del rincón mío,
animosos por aires del silencio,
sí, la paz vuestra, bienestar,
árboles, dadme eso que tengo vacío.
Árboles, en un otoño sombrío,
secáis las lágrimas castañas,
daréis a conocer el verde esperanza,
mis árboles titanes, a quienes espío.
Árboles viajando en mi navío,
conmigo iréis a todas partes,
allá al destino que me depare,
árboles, allá por el amor, me envío.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

domingo, 23 de septiembre de 2018

Nube

Algodones de azúcar, las llaman muchos,
otros, secretos en esponja,
vientos de cuna o dulces en cucuruchos.
En una nube están los sueños,
los desafiantes deseos de algunos,
los superhéroes de la infancia.
En una nube veo rostros mudos,
sonrisas de cal, marfil, mármol…
sonrisas de los nuevos mundos.
A la noche, dormidas no quedan,
nos resguardan de los sustos,
nos acechan como niñas.
Hay tantas nubes en universos profundos,
pero en una infinita, una de ellas,
estamos siempre tú y yo, juntos.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 18 de septiembre de 2018

Soledad

Vieja y canosa es la soledad,
la soledad de sentirse solo,
la soledad de verse infirme,
de volar sin alas, viajar sin alma,
lavar los platos con tu sombra,
hablarle al espejo, vivir sin techo,
cantar a lo lejos, dormir con la noche
o un día saludar al viento
para que él te responda: "silencio".
De la soledad nace un misterio misterioso,
que a la vez muy conocido, por tener nada,
vacío, esperas, guantes blancos
y un desafío diario de abrazos de hielo.
La tan afamada amiga soledad,
y enemiga también, gemelas a la vez,
si una te apoya a ti mismo,
la otra te destruye con todos los miedos.
En ocasiones la soledad te da creatividad,
innovas una vida nueva,
pero también te escucha las peores mentes,
hasta oírte decir que eres del infierno.
Eterna soledad, ¿qué más serás?,
una hermana intolerable,
una cuna al bebé sin madre...
Un culto al homo invierno.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 15 de septiembre de 2018

México

"¡Independencia!", tú lo gritaste,
cuando humilde fue tu valor,
de pronto la contienda no fue nada
con espada en mano, la batallaste.
Después, de regreso, la fiesta felicitaste
con vino tinto, tequila y chile picón,
por el amor a la libertad,
por el amor a lo que lograste.
Rojo furia, henchido te lanzaste
hacia los enemigos impuros,
pobres de ellos que no sabían de ti,
y por fin, tu tierra conquistaste.
De blanco luego te casaste
con la tan valiosa libertad,
miles de hermanos a la vez,
contigo mismo te encontraste.
Verde esperanza, así reza lo que pensaste,
y tu bandera ya formada,
con el águila de la victoria:
¡viva México!, así lo firmaste.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Furia

Espío entre las brumas de este cuerpo
como si fueran las olas del destino,
no existo, fluyo con las mares cercanas,
las de los segundos de este maleducado tiempo.
Ansío ser esa grieta en el suelo,
la que fue en su día cadena en sangre,
herida en el alma, bestia ingente,
un hosco círculo llamado agujero.
De él saldrá lo mejor, espero,
como una flor, semilla de un gran bosque,
un título cedido por el martirio de vivir,
con las raíces de la vida, color negro.
Con qué palabra me sueño,
con qué nación me han ungido,
si ya no poseo corazón,
lo he perdido todo por ser la voz de un muerto.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 11 de septiembre de 2018

Luz

Ángel acérrimo, prohibido, anciano,
deja que reluzca el sentido del destino,
busca el origen de mi línea, llámame hermano,
angosta este ciclo, guarda el ejemplo
de vivir en la paz de este ser humano,
juega con él, viaja por su mente,
recíbele con prosperidad, jactáncialo sano,
llénalo de bienestar, búscalo,
protégelo del mal, dame tu mano.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Guarda

La llave que todo lo abre,
en un cajón todo lo posible:
recuerdos, sensaciones, misterios...
y un vacío imperceptible.
Protejo los secretos,
no temas, soy un roble firme,
un ser de otro mundo, un ovni,
un alma de cofre, un tesoro imposible.
Protejo hasta la ropa,
sin manchas, limpias, felices,
como un armario mágico,
uno de madera simple.
Los miedos los alimento,
jugando sin que me mires,
puedo ser un tierno abrazo,
quiero ser tu único escondite.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

martes, 4 de septiembre de 2018

Noche

No es más que la oscuridad
cuando al sol se le da la espalda,
la sombra que viaja contigo,
te abraza como si fuera una falda.
Es simple, llana, completa verdad,
sincera como la África esmeralda,
rebosante de plenitud,
en su extensa galaxia cual collar de guirnalda.
Vive en toda zona, atestada de felicidad,
igual que en cada fiesta de Sevilla y su giralda,
América y su grano de independencia,
o China con su arte en silencio de color de jalda.
No es más noche que la viva voz de la eternidad,
como si Venus figurase desnuda y estrellada,
donde se refleja tu rostro femenino, sí, tú,
la mujer de sonrisa constelada.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Ultravioleta

La carne se desvanece, no queda,
no pervive su influencia en los tiempos,
solo es un gesto simple de Dios
con el que saludar al alma que hospeda.
Ese rayo de esperanza que acceda
a lo más espectral del interior,
donde reside la fe, el amor;
donde no hay dolor en forma de moneda.
Aquí, en lo profundo, lo que suceda
quedará en lo oriundo de nuestra natura,
el beso del silencio, un destello impensable,
un supino hechizo en nuestros labios de seda.
Nuestro destino, como una rueda,
ha girado según la Ley, que en nosotros escrita,
en poemas infinitesimales, indestructibles,
de la vida que nos enreda.
Un sentido único, ardiente como sol de rosaleda,
traspasa los límites, convoca la magnanimidad,
olvida lo que es la piel, desagrada la sangre,
anida en gemelo espíritu: nuestra mágica arboleda.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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