viernes, 30 de octubre de 2020

Tu mirada

El amor en estado infinito, perfecto,  

íntimo, tan eterno como un dios,

exacto centímetro, un halo de luz,

es el mismo universo.

Veo en ella el furor, tu cuerpo,

apacigua las otras miradas,

las que engañan, mienten;

la tuya obedece al viento.

Tu mirada refleja la paz en los muertos,

la calma en la guerra, la fe en la esperanza;

tu mirada es eso que nadie sabe,

tu mirada es eso que yo quiero.

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

sábado, 24 de octubre de 2020

Estepa

Imagino tus besos de la estepa,

esos que me das con el viento, 

los de mil deseos de la luna, 

la madre de cada estrella. 

Ven a mi encuentro, la queda, 

la queda de esta dulce oscuridad, 

el amor se hace miscelánea,

se vuelve la paz entre la guerra. 

Noche, montaña, pista risueña, 

deja que la vida nos una, 

tumba tu lágrima en mi pecho, 

que suene ese río que agua lleva. 

Marca en el cielo a Minerva, 

que tus ojos iluminen la misma galaxia

donde imagino siempre, siempre

tus besos en el viento de la estepa.


© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España. 

domingo, 18 de octubre de 2020

Desesperanza

El fervor de esa otra viña, 

jugo nuevo de sed, poder, 

el deseo perpetuo de desear

eso que llaman vida.

Allí iré, mira

y denuncia al albor

por ser cómplice de mi exilio, 

esta cárcel con forma de isla.

Nunca más, querida;

nunca más te daré años,

no te llevarás mis ojos

ni ya tantas y tantas pesadillas.

Adiós, alguna vez, grita

mi ansia por ver ese paraíso

guardado como un tesoro, 

que este pirata tendrá algún día. 


© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

lunes, 12 de octubre de 2020

Galeón

Conocí el mundo y el universo, 

me uní a ellos como a tu alma,

subí por las columnas del desánimo, 

me conté como un segundo más en el tiempo.

Hice de mí una historia, un cuento, 

un libro de valor arcaico

con letras de esclavo,

una biblioteca de pergaminos viejos. 

Caminé con los herreros,

hombres de silente piel, 

que hicieron de una espada

la mayor sabiduría del fuego.

Y de sus cenizas, el viento

me llevó a ese galeón

que surcó las guerras

donde hubo lágrimas, y un beso.


© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

domingo, 4 de octubre de 2020

El anciano

Despeinado el campo, 

en la comisura de las montañas

los buitres acechan el silencio

como aquellas canas del viejo mando. 

En su tribuna, calmo, 

registra con sus dedos

el tacto de la madera, 

como su rostro, arrugado.

Viento de esquizofrenia, oteado

por la efigie de un árbol y su alabanza, 

al universo le responde

con palabras de un titán enano:

“A ese le tomas por tu humano, 

a este le haces estrella,

el conocimiento te lo llevas, 

y a los dos, de viejo, los has sepultado”.

La última hoja, papiro sagrado, 

en ella escritas las almas

con la sangre de las hormigas, 

esclavas de un enorme reinado.

La cortina en la noche, cansado, 

la ventana cerró al mundo;

así como se cierran las vidas,

se cierran los párpados.


© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España. 

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