viernes, 27 de diciembre de 2019

El rincón de lectura

El murmullo de los ocres pájaros y granizada,
de entre los escollos de esos sonidos
de las plantas moverse, bosques tímidos, 
empieza a nacer el emblema de mi amada. 
Quién te viera ahí sentada
con un libro en tus manos, 
los poemas de Antonio Machado
o el Quijote y su obra tan ilustrada.
Con tus pies a la vista, descansada, 
sandalias de flores, vestido negro
de talante boscoso y jersey rosa abierto, 
a la lectura sin distracción vas entregada. 
Por un momento, la vida mitigada;
un ruido desvirtuó la maestría
que de tan hermoso paisaje y poesía
podrías privar al del mundo con tu calma tan templada. 
Piel de sol radiante, sol de anaranjada, 
y cabellos como el atardecer ancestral, 
magia de un Atlante,  fenómeno paranormal, 
hasta por tus orejas reluce el vino de esa larga alborada. 
Uñas color conocimiento, y tu mirada, 
ese espécimen de otro mundo
que sobre el mío me tiraniza, desnudo, 
me hace tuyo, mi eterna enamorada. 
Y cuando de pronto la asciendes divinizada,
ahí, es en ese instante que te haces leyenda, 
una letra aún sin su pluma dueña, 
y tu sonrisa se vuelve mi felicidad personificada.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 20 de diciembre de 2019

A MEDIAS

En la nostalgia de esta noche
mis lágrimas te enseñan mi amor, 
que por él sufrí tanto dolor, 
y mi corazón se corroe. 
Por mi cuerpo descienden las estrellas
como cascadas del universo, 
que por él te entrego amor eterno
y mi alma va a tus manos tan bellas. 
Por mi jardín, un desierto, 
que si no dejas tus besos, 
que por ellos calman mis inviernos,
de los tallos más hermosos florecerá un “te quiero”.
Y de mis pasos cautos, 
a tus pies me dirijo, 
que por ellos me critico
si ser tu demonio o un santo. 
Ese abrazo, ¡un misterio!,
tenerte en mi abrigo, 
que con él siempre te cobijo, 
seremos Luna y Tierra de otro tiempo. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 13 de diciembre de 2019

Del altar a leyenda

Te hago mi poema, 
te hago mi sol, 
como el árbol a la madera
y los novios al amor.
Te hago mi historia secreta, 
eres todo lo que soy yo, 
y todavía me ames cuando muera, 
seré un latido más de tu corazón. 
Te hago bella de bellas,
me haces perder el control,
así te rimen las caderas, 
así me haces perder la razón. 
Serás siempre eterna, 
mágica, un mito, un dios,
única en esta letra
que te escribo con tanto amor. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 6 de diciembre de 2019

El amor más grande

El amor es el único deseo
que un genio prohíbe regalar
por simple dignidad, por respeto
o por no ser bueno. 
Es indígena, indisciplinado, bello, 
y no compara forma, estilo, arrugas
o vejez que camina por el rostro, 
pues el amor puede más que el detrimento. 
Se viste de pobre en vez de dinero, 
se hace a diario en vez de en años, 
así logra que el detalle valga grande, 
y la recompensa eterna: un beso. 
El amor es para todos, incluso para el cuerdo, 
que el loco ya sabe amar,
y no le hace falta saber que el mundo
es más feliz con amor que con abatimiento.
 El amor siempre viaja al cielo
con billete de ida y no de vuelta, 
como esa ilusión infinita
tan común en este planeta, pero de otro tiempo. 
El amor se hace en silencio, 
es un poema de libre albedrío,
es una canción, un dulce, azúcar en café…
es poder darte todo el universo. 
Y el amor más perfecto
no cabe siquiera en las palabras, 
pero se inventaron dos únicas
con las que decirte: “te quiero".

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

martes, 3 de diciembre de 2019

Adiós a otra vida

La vida viaja a través del aliento
y queda impregnada en las ramas
de los gritos de la garganta, 
como soplo que lleva el viento. 
Desgarra las notas de un tamborilero,
y la muerte se hace dueña, 
se hace nueva vida en el mundo
como quien roba a un niño, un caramelo. 
Es ese pájaro carpintero
que desquita el sueño de la mañana;
y así la vida se va, así la vida se queda
como quien señala el Juicio con el dedo. 
Por una ventana huye, de arrugas de viejo, 
ya ríe por la ponzoña de atrás;
y así la vida se va, así la vida se queda
como quien dice la verdad, con un cuerno. 
Fue la muerte tan lista, pienso, 
que la vida de aquel llevó,
la de ese la deja, la del otro la elude, 
y la del siguiente: robado, desnudo y muerto. 
La astucia de la muerte, luego, 
la vida misma fluye en numen;
y así la vida se va, así la vida se aleja
como el héroe al cementerio. 
Dejar la vida sin más, terrible suceso, 
sucio puñal traidor que veja la mano;
y así la vida se va, así la vida se aleja
como sangre del que ya ha donado ciento.
Lenta, suave, la vida es misterio, 
y con ese sentido del humor que padece, 
nace y deja morir a una madre
cuando le arrebata al niño un médico. 
Qué irónica es a veces, me quejo, 
si le escribo un dilema;
y así la vida se va, así la vida me lleva
como una silla de ruedas para un parapléjico. 
Pero qué fuerte es otras, temo,
cuando la miro de frente;
y así la vida se va, así la vida me lleva
como un joven titán con alma de ancestro.
Y qué orgullosa se vuelve, reprendo,
cada vez que engaña, miente, 
injuria, destroza, se hace julieta
para que no exista ya ningún romeo. 
Para eso está la muerte como perro:
la corta en pedazos inmisericordes;
y así la vida se va, así la vida se muera
con un grito de dolor eterno. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

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