En la nostalgia de esta noche
mis lágrimas te enseñan mi amor,
que por él sufrí tanto dolor,
y mi corazón se corroe.
Por mi cuerpo descienden las estrellas
como cascadas del universo,
que por él te entrego amor eterno
y mi alma va a tus manos tan bellas.
Por mi jardín, un desierto,
que si no dejas tus besos,
que por ellos calman mis inviernos,
de los tallos más hermosos florecerá un “te quiero”.
Y de mis pasos cautos,
a tus pies me dirijo,
que por ellos me critico
si ser tu demonio o un santo.
Ese abrazo, ¡un misterio!,
tenerte en mi abrigo,
que con él siempre te cobijo,
seremos Luna y Tierra de otro tiempo.
© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.