domingo, 9 de octubre de 2016

Quiero dedicar un par de segundos a ciertas personas que me conmueven, aparte de las que me siguen tanto en mi perfil como en mi página Eterno y en mi vida. Esas personas, vidas en familia y vidas que cuentan como un corazón, no como un maldito número a masacrar. Esas personas que me han leído, me leen y me leerán, sean poemas míos, relatos o mis novelas que tengo publicadas.
Hay ciertas personas que lo están pasando mal y me agrada mucho que logren en mis escritos un confort que no imaginaba alcanzar, solo en mí.
La verdad es que da adoración enorme el sentir ese agrado, placer o gusto, llámese como se llame, al margen de pecar de orgullo, que no lo deseo ni nadie jamás, me siento bien de dar esa sobrenatural energía oculta a personas valientes, desgraciadas, felices, tristes, carismáticas, artistas, profesionales, famosos o lo que sean. Hasta a los entes invisibles...
Solo puedo decir una cosa ante todo esto para las personas que están en estos momentos en una situación de su vida que ya no es la misma por circunstancias que les imposibilita llevar mejor una salud vital, pero que por otra vía, son más fuertes que los titanes.
Conozco a alguien que no tiene piernas, brazos, ojos, boca, nariz, cabeza, corazón ni alma, y es capaz de arrasar con las penas de cualquier persona.
Os diría a todos que el dinero no salva vidas, solo la emoción de otorgar dicha. Y sin quererlo, me ha rimado.
Así rima la vida: el corazón de un pálpito para, con una sonrisa simple, alegrar la felicidad misma.
A ti, que me lees, gracias. Y te intentaré dar más felicidad si continúas conmigo.

Un abrazo a todos.

Me gusta

Compartir