EL OLOR DEL PODER
Olerte...
La mejor opción de mi vida,
mi decisión,
como si fuera lo último que hiciera,
que mi alma se pierda en tu sonrisa.
¿Sabes a qué hueles?
A las mañanas más ricas del universo,
a los desayunos eternos,
a esos caminos que llevan al pobre
a volverse el más millonario del amor:
el de nuestro secreto.
Hueles a esa fragancia
que muchos franceses dignan como
el mejor perfume espléndido:
"Eau de Tú".
Hueles al Paraíso,
a los ángeles cuando pelean
por amar a un solo humano,
a uno especial:
al uno de nuestro destino.
Aromatizas mi corazón con tus poemas,
con esos escritos con tu respiración,
con el piano de la alegría,
la felicidad
y las gotas de lluvias de tus ojos,
el diluvio universal
cuando me amas sin piedad.
A veces hueles a mi niña preferida,
a esa tu infantilidad que me enloquece,
me estalla contigo a atreverme con todo,
y ser el hombre de tu vida.
Me enamora también tu olor a enfadada,
mimosa te vuelves,
enrabietada,
y con una sonrisa entre dientes,
aún así te digo que te quiero.
Hueles a rosas, a claveles,
al rojo, azul y verano nuestro.
Hueles a mis escritos,
a la historia que te llevo en mi espíritu,
a la saga de mis manos,
a la fragancia de mis ojos,
a esa menta tan especial
que reside en tu romántico delirio.
Hueles a mis susurros,
a mi aliento cuando te amo,
¡y a más narices!
Seguro que te has reído por eso,
por ese verso tan cursi y gracioso,
uno que huele al Todo,
pero me encanta olerte con este poema.
Contigo nunca huelo la ausencia.
Hueles a la lluvia, a tormentas,
a sol, a luna,
a cielo y estrellas.
Combinas tu aroma con Venus,
Marte, Júpiter y Arturo.
Hueles a las galaxias,
a las vías lácteas que tú entiendes,
que hasta por ello ríe Saturno.
¿Sabes a qué más hueles?
A Dios,
y por esta inocente blasfemia,
hueles a mí.
Tú, amor mío,
hueles a mi amor.
© 2017 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.