Discútame

¿Quién gana al final esta dura batalla?

Las enhebras que juntan cada collar,

esas bolsas que rezagan en el aire,

causan desaliento, silban cada palabra.

De ese collar, colgante de azar, llama,

garganta que seca en las peleas

los llantos, después, de un púgil hartazgo,

retazo innoble en la cabeza, historia de una semblanza.

De esa estúpida ironía de la vida, una carta

con desamor. ¿Y por qué pelear?

Y por qué luchar, refuta tu mente,

ese otro ser vivo, con su duda, afea tu cara.

Quién, amor, si no es eso mismo, amada,

el amor por abrazarte por la estupidez;

la estupidez de ser poco hombre;

hombre que quiere abandonar esta raza humana.

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

https://youtube.com/shorts/8ta4-RLCZxQ

Rechazo

Era una vida hecha para una bestia,

no hacía más que comer mugre,

las entrañas de la Oscuridad,

cuando la señalaban las miserias.

Decían que era buena, ella,

hasta que se jactaron de su bondad,

pese a su sonrisa y simpatía,

la hicieron torpe, cruel y fea.

La rechazaban, se burlaban de ella;

se tragaba los vómitos de cada insulto,

soportaba los alaridos mismos de un fantasma,

todo por no ser como ellos: verdaderas bestias.

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

https://youtube.com/shorts/X5yzDdgO1es

Distinto

Reluce el orgullo, la inquietud, la desgana.

Desluce todo aquello que no es igual,

los que son comunes caminan;

aquellos que no, sirven como carnaza.

Se toma una justicia injusta, el habla

no es la misma para quien tiene razón,

empieza la discordia, los espías,

la cultura ignorante, la vigilancia.

Te analizan desde lo más inquino del alma,

te sacrifican un poco de rara educación;

dejas de ser tú, eres de ellos;

tu mundo se hace tierra plana.

Y otra vez esas sandeces de pared a espada,

orejas impasibles ante la paz,

tu boca no responde de cuán estupidez,

y todo se hace titán, y tú, la nada.

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

https://youtube.com/shorts/T6qtxsumq_s

Marte

Cuando el amor subyace,

el rocío de la mañana no rezuma,

decanta su aroma a níspero

por una fuerte sal a mares.

Un buen libro, dicen al que hace

una historia en su lectura,

laberinto entre líneas,

besos, muertes, aventuras y aquelarres.

Desde este mismo asiento me nace

las palabras que siempre enamoran:

cuando fuiste mi estrella fugaz,

no un deseo que aterrice en Marte.

Fuiste mi musa, y sigues adelante

en cada noche de los poemas;

y de esas noches,

de esas yo he de amarte.

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

https://youtube.com/shorts/ePcRoeYXO_I