lunes, 27 de abril de 2020

Rayo del destino

Eres la fiel luz que adormece el cielo
en este nuevo mundo,
este que por el que camino, 
por el que por ti muero. 
De cada hoja deshojada, mesero
sea el árbol del banquete, 
dulces y saladas las fantasías, 
nuestro todo el deseo. 
Siempre vivo en tu sueño, 
humilde almohada para un ángel, 
dura pared para los demonios, 
puerta mágica para mi beso. 
Que las ventanas suspiren nuestro
amor tan inmaculado, herencia
de un viento de otra era, 
uno cálido y de un mundo eterno. 
Eres la fiel luz que despierta el cielo, 
ven a mi vida, a la Cuna de la Vida
donde todo ser humano es único, 
donde tú y yo somos el número perfecto. 

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

miércoles, 22 de abril de 2020

¡Viva el amor!

¡Viva el amor!
Es el que te da envidia,
te ilustra, te da seguridad, 
enseña a que un gran problema
puede convertirse en la dicha.
¡Viva el amor!
Es el que jamás te insulta,
guarda tu incesante respiración
en ese cofre llamado alma, 
te ama como el propio amor te impulsa. 
¡Que viva el amor!
Y que viva cuando ninguna
arma sea capaz de matar,
que siempre viva en el corazón;
viva mi amor por ti, mi musa. 

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

miércoles, 15 de abril de 2020

Pronto veremos el mundo

(Canto desde un confinamiento)

Así es el latido del corazón
cuando se guarda uno más
para estallar entre vena y amor,
y si quiere volver atrás
en su paso siempre existirán dos. 
Así es el mundo del volcán
cuando sus rocas hacen explosión
por el deseo de quererte abrazar,
y sentir tu fuerza como un león. 
Así somos jóvenes, y uno más, 
cuando cantamos por el valor
de poder volver al viento y hablar
de esa memoria de nuestra pasión,
y olvidar esta herida, olvidarla ya. 

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

martes, 7 de abril de 2020

Aromas

¿Pueden las hojas contar historias
de amor, de aventuras, de lágrimas
y de imperios indomables
con héroes en busca de sus señoras?
¿Puede un bosquejo que ahorra
mil dibujos ser el mapa
de la llegada de Venus?,
(dicha por el hombre la Mujer Amapola). 
Ella puede ser mi otra cosa, 
el misterio de tanto poema, 
el mundo a mis pies, 
recuerdo inmaculado en mi memoria. 
Qué pudiera ser un aroma
cuando cae por tu espalda;
quizá mi masaje íntimo, 
tal vez mi corazón que te adora.
Qué pudiera ser la misma flora
cuando cae por tu busto;
tal vez mis labios, 
quizá el aceite de una diosa.
Y de las entrañas que me azotan
no explico mi reconcome
de este silencio que danza
mi abrazo que tanto te añora.
Y de mis nervios se torna
un enano a gigante cuando te veo,
entonces piedra me convierto,
escultura eterna, poderosa. 
Tu alma me apoya, 
ella es ese vehículo sin conductor, 
la musa de mis sueños, 
la tierra que quiero sin normas. 
Puede el viento contar ahora
lo que mi corazón necesita, 
ese roce de las montañas
cuando contra mi ser chocas.
Pide el cielo al sin boca
una palabra tan pequeña
que ni en el universo cabe, 
y a Dios le queda gorda.
Ni tan siquiera una rosa
guarda tantas letras,
solo perfume, pétalos
y el frenesí de sangre por Roma.
¿Puede un beso ser una gaviota?,
confinada en una nube,
vuela como el rayo,
duerme en tu alma, mi alcoba. 
Así es el Amor, la gloria, 
ahí te lleva junto a ella, 
no te suelta, te piensa;
así es el amor: un aroma.

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

miércoles, 1 de abril de 2020

Amén

Amén del loco, 
amén del bravo,
de aquel que puede con el mundo, 
de esa mujer que ama todo.
Amén, cordura inquieta, poco
da el que tiene, rico, 
y sabe Dios lo que no tiene:
un corazón hecho de oro.
Amén, gritan los religiosos
cuando el mundo acaba, 
reza uno por el destino, 
reza por su propia vida el otro. 
Amén por el lloro hondo,
es el ser humano la venda
para curar una herida
que él mismo ha roto.
Amén, digo con mi alma en el torno, 
digo con las palabras que subyacen
en el inconsciente de un listo,
más insensato que un mono. 
Y amén por ese mismo mono
que tomará la tierra de la que vino
si este que la destruye, 
no sabe cuidarla y le da odio. 

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

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