domingo, 26 de marzo de 2023

El Renacimiento español - Escultura

El Renacimiento español estaba enmarcado por el siglo xvi y por grandes culturas y artistas venidos de toda Europa, así como sus estilos y cotidianidades. De la gran Italia, donde se forjó el Renacimiento, había surgido toda esta amalgama de técnicas nuevas para las diferentes categorías del Arte. Este tipo de arte tuvo lugar más o menos un siglo después de que se estableciera en Italia, por lo que el tal afamado gótico era siempre el dominante. El mecenazgo aquí era el imponente protagonista porque provenía de las monarquías. Destacados artistas como Miguel Ángel fueron los que ensalzaron la cultura escultórica española en este período, así como obras importadas y tutelaje de artistas tanto locales como extranjeros. Las relaciones de la nobleza propiciaron, además, esta aparición importante del renacimiento de la cultura convirtiéndola en un tesoro nacional.

Los temas que se practicaban en este tipo de renacimiento no eran los típicos desnudos clásicos, sino la religión impuesta por la Iglesia. Obra magnífica como era el Entierro de Cristo de Juan Juni reafirmaba las condiciones a las que se sometía este período. La iconografía estaba dedicada a estos estilos y técnicas, pero, más adelante, fueron cambiando tanto de aspecto como en realismo.

Las características de la escultura eran una mezcla con el gótico, de modo que la piedra y el bronce continuaban siendo materiales “obligatorios” para tratar. Aparte, la madera con policromía era un invento especial, el cual, tras su proceso, su proyecto final terminaba en dorado y estofado. Hasta en los retablos se lograba un acabado hermoso, gracias a los panes de oro. Los sepulcros eran destinados a percibirse con imágenes religiosas para así reafirmar su objetivo. En cuestión de retablos, podemos destacar el retablo mayor de la catedral de Astorga, realizado por Gaspar Becerra, el cual mostraba un cambio importante hacia el romanismo. Las disposiciones, en general, se ofrecían en bancos, calles y cuerpos, de esta manera, se lograba una mejor distribución del espacio y ornamentación.

Los mecenas de la época se decantaron por adelantar a su tiempo maravillosas obras. Los influyentes fueron los nobles, la Corte, como, por ejemplo: los Condestables de Castilla, familias leonesas, etc. Además, la burguesía y la aristocracia no quedaban atrás. En algunas de las capillas se notaba su presencia, como la de Álvaro Alfonso de Benavente. No obstante, el clero seguía siendo líder en el mecenazgo.

En el primer tercio de siglo del Renacimiento español se destacaba el artista Domenico Fancelli, de familia de escultores, quien hizo su primer contrato con esculpir el sepulcro de Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones. También destacaba Pietro Torrigiano, escultor italiano, quien hizo un bulto de barro de la emperatriz Isabel I.

Sin embargo, no solamente se hablan de artistas italianos. Vasco de Zarza, artista español influenciado por el arte italiano, destaca por sus obras del sepulcro del obispo Alonso Carrillo de Albornoz y el de Alonso Fernández de Madrigal. Fue un ejemplo a seguir por muchos discípulos, quienes le dedicaron, tras morir, la continuación de su legado. También cabe de destacar otro escultor español como era Felipe Vigarny, que estuvo entre los ramales del gótico y con detalles franceses que lo separaban de lo típico italiano. Una de sus obras importantes fue la sillería del coro de la Catedral de Burgos.

Del segundo tercio del siglo xvi continuaban destacando nuevos artistas, como Juan de Juni, gran maestro, entre otros, del Renacimiento español. Cuidada muchísimo sus obras y los detalles en cada recoveco que suscitaría, en obra terminada, a su público. Mostraba en estos detalles partes de su educación tanto francesa como italiana. En sus obras se configuraban los escorzos fuertes, representación pronta del Barroco.

A medida que avanzaba el tiempo, el Renacimiento español fue cobrando formas manieristas, romanistas e influenciadas por Miguel Ángel. Los temas religiosos eran lo más destacado, como el Cristo atado a la columna o la Piedad.

El Renacimiento daría paso al Barroco en mayor medida, gracias al Concilio de Trento, que, por espiritualidad y religiosidad, acentuó más la escultura en estos términos.

 

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.



domingo, 19 de marzo de 2023

El Renacimiento español - Pintura

       El Renacimiento español comprende ese período en el que la cultura española ha sufrido un drástico cambio en cada una de las categorías de su arte, entre ellas, la más realzada: pintura. Esta etapa comprende el siglo xvi en las Coronas de Castilla y Aragón. Tras la llegada impulsiva del Renacimiento italiano, se generó por toda Europa una nueva corriente artística, a toda ella revolucionaria. Artistas de todo mundo se acercaban por lares desconocidos para practicar como alumnos estas nuevas artes, o ser sus propios maestros.

      Este tipo de renacimiento se caracteriza por la existencia de temas religiosos, decoraciones donde los santos y las escenas de Jesús son las más representativas, no solamente a nivel nacional, sino internacional. Sin descartar otros temas como la mitología o la historia, los objetos, paisajes y seres con diferentes formas han dado como resultado en las manos de los artistas un detalle sorprendente en sus siluetas, músculos y hasta en sombras y luces. Los retratos han provocado una alusión al mundo virtual más magnífica jamás conocida para esta época, casi realista y con el corte típico que merece su renacimiento artístico.

      La belleza en cuanto a los mecenazgos monárquicos pudieron obrar milagro vivo en el arte, fue una convulsión para el pueblo. El mundo sufría un efecto encadenante de cultura capaz de regalar no solamente cultura, sino economía y grandeza.

      Por este siglo, la gran figura de El Greco fue la más predominante. Su prolífica obra destacaba sobre su mundo como las más conocidas hasta el momento, llena de fama, éxito y categórica mano artística. Destacamos El entierro del Conde Orgaz como una de las primeras en mente, hecha en el año 1588 d.C. y donde advertimos esas características entre luces, sombras y estilismo tan especial que hace referencia a una nueva técnica artística.

      Dividimos este Renacimiento en tres períodos. El primero abarcaría la atención absolutista del gótico todavía puesto en firme paso. Las escuelas flamencas dedicaron también su moneda a gerenciar en cuanto a nuevas enseñanzas, de las que salieron grandes alumnos. Uno de los artistas destacados aquí fue Rodrigo de Osona, con su Calvario en la Iglesia de San Nicolás, estilo que figuraba por su energía italianizante.

      El segundo ciclo comprende en Valencia, así como en el primero, el lugar donde la nueva moda renacentista se encauza a un nivel mayor. Vicente Macip, artista con dotes italianas, se reafirma por su obra del retablo en la Catedral de Segorbe, con escenas religiosas, sobre todo de Cristo. Aunque su hijo, Juan de Juanes, fue mucho más popular y conocida su obra expuesta en el Museo del Prado de Madrid. No obstante, Sevilla fue el lugar más consagrado para trabajar el Renacimiento español. El artista más destacado de este período fue Luís Morales, uno de los líderes del Manierismo español. Una de sus obras conocidas, Virgen con niño, representa el óleo sobre tabla marcado por una técnica detallada en las facciones de sus personajes y ambiente oscuro.

      Durante el último ciclo, la influencia de Miguel Ángel llegó a España con un retrato más sentido y marcado. Se destaca aquí la figura de Alonso Sánchez Coello, quien fue retratista del rey Felipe ii. La llegada de la Contrarreforma se vuelve interesante en esta etapa. Destacan las obras con musculatura de Gaspar Becerra, influenciado por las de Miguel Ángel.

      Variados artistas se convirtieron en grandes sabedores de la pintura renacentista española, por lo que dieron a conocer en su era la mayor arte hasta el día, y perdurable al futuro de hoy.

 

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.




jueves, 16 de marzo de 2023

Lejos

Lejos


Desde la mísera luz del universo,

cae la noche acérrima, tinieblas,

penumbra esa que encumbra la paz,

la voz de un muerto.

Brisa, noche, sol que entra por este hueco

de mis hijas, poesías enredadas

entre tantas horas, días y años,

letargos entre madrugada y sueño.

Viene a mí tu silueta, diosa de fuego,

tus manos tocaron estas letras,

sintieron el poder del amor…

Y así fueron niños; así llegaron tan lejos.

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

domingo, 12 de marzo de 2023

El Renacimiento español

       El Renacimiento español es uno de los más representativos en nuestro país, ya que ha sufrido una mayor revolución a nivel tanto artístico como cultural. Se originó en Italia el Renacimiento en el siglo xv y se expandió por el resto de Europa.

      Este Renacimiento fue impregnado por la mano de la llegada de la imprenta a nuestro país por el mismo siglo, año 1471 d.C.; al siguiente se había impreso el primer libro, titulado El Sinodal de Aguilafuente. En esta época se había reunificado Granada, la que fue la etapa final del reino islámico, así como las siguientes batidas contra el mundo musulmán asentado en España, varios de ellos convertidos al cristianismo. En esta época también surgió la famosa conquista de Cristóbal Colón: el Descubrimiento de América (1492).

      El Renacimiento español estaba íntimamente “casado” con la monarquía católica, es decir, era un mundo artístico dedicado por y para ellos. Se deja atrás la parsimonia de lo medieval y lo gótico para empezar a sentir una nueva era del arte. Llegaban artistas de Italia para fomentar sus dotes en España, así como el magnífico Quattrocento y el Cinquecento.

      El mecenazgo de Carlos i fue fundamental para la extensión del nuevo arte. Se lograban obras nunca vistas por los ojos de la antigüedad. Artistas como Juan de Juanes o Pablo de San Leocadio dieron su maestría para crear obras como La Santa Cena y Virgen del Caballero de Montesa.

      La pintura estaba entregada al óleo, por lo que la ligereza de las escenas era semejante a la de contemplar un paisaje libre de muchedumbre. Las sensaciones italianas estaban muy presentes como los adornos clásico (estilos romanos o griegos), así como los motivos boscosos, las ondulaciones de ropajes largos y los rostros serenos como los mismos dioses.

      El Greco fue uno de los mejores pintores y más conocidos actualmente. Fue el que forjó el Manierismo en España y lo llevó a la categoría suprema del arte. Juan de Borgoña, Rodrigo de Osona o Alejo Fernández, entre otros, fueron unos cuantos de los que más destacaban en la época. El entierro del Conde Orgaz, pintura del Greco, tomaba parte el escenario religioso, tema clásico, y sus acciones que alimentaban la fe de los feligreses y de quienes deseaban cultivar su alma con esta maestría.

      Siglo después, el arte de la escultura española había surtido este efecto tan tardío, después de suceder en Italia. El gótico era un “germen” que todavía seguía gustando mucho a la gente, y sus esculturas eran reacias a cambiar de “moda”. Muchas de ellas fueron echas por escultores italianos llamados de su propio país para engendrar en España ese aprendizaje posterior de ellos. El material más utilizado eran el bronce y el mármol. Destacaba en estos grupos de artistas italianos las obras de Miguel Ángel, como la de San Juanito.

      Los temas escultóricos se desarrollaron más en los temas religiosos, en sus sepulcros y en sus decoraciones de este tipo. También era aplicada a la arquitectura como una decoración fastuosa para el público. La piedra era el material más empleado, ya que era el preferido y el perfecto para trabajarlo fácilmente y sin mucha complicación. Después, el mármol y el bronce ofrecían el toque final. Aunque el más representativo era la madera con policromía, la cual era tratada como un dorado cocido. Los retablos eran recubiertos con oro, aunque un recurso encarecido, servía para la maravilla de la gente y la propia obra. Este tipo de retablo fue una herencia del gótico, pero con las modificaciones necesarias para esta época dorada, tal y como lo exponían sus propias obras. Era un recurso necesariamente obligado, ya que ayudaba, además, como soporte arquitectónico. Uno de estos ejemplos lo podemos contemplar en el retablo mayor de la Catedral de Astorga, de Gaspar Becerra.

      La arquitectura había sufrido tres tipos de etapas: plateresco, purismo y herreriano. El primero había optado por un estilo del sur de Italia, de la Corona de Aragón, quien dominaba en la época, y fusionaba tanto técnicas italianas como españolas. El purismo veía agravada su ornamentación, por lo que la decoración era menos. Más aún en la tercera etapa, donde continuaba esta ausencia, pero con motivos religiosos. Lo herreriano fue en nombre a Juan  de Herrera.

 

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.




jueves, 9 de marzo de 2023

Ruina

Ruina


Cuando la generosidad queda

relegada a un paño de lágrimas,

te darás cuenta de cuán te usaron,

con la sonrisa de una bestia.

Tu gesto, idiota, ni se queja,

vive ahí quieto, varado cual barco

guarda a su amada en la costa,

esa a la que llaman sirena.

Es tal bruja de niños, vieja,

la que te entregó la golosina

de la que un dios un día comió,

y terminó sin reino, en la miseria.

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

domingo, 5 de marzo de 2023

El Renacimiento mexicano

El Renacimiento mexicano debe su nombre al período comprendido entre 1910 a 1940, intervalo de tiempo procurado por época de revolución, guerra civil y sacudidas en el país. El mecenazgo fue el impulso que necesitó México para darse a conocer como integrante de su cultura propia que podía competir con otras. Artistas como Diego Rivera o Frida Kahlo fueron los mayores conocedores de la cultura mexicana que mejor supieron desenvolver.

Con la revolución contra el gobernante Porfirio Díaz, se empezaba una guerra interna donde el pueblo deseaba la libertad económica que necesitaba. Esta revuelta, conocida como la Revolución mexicana, sucedió, después, en una guerra civil. De tantas desgracias, sin embargo, y dentro de este intervalo de tiempo, hubo un renacimiento de su cultura.

Los avances de Diego, Frida y otros importantes artistas de esta fatídica época lograron un simbolismo cultural tan amplio que México se convirtió en su cuna propia del arte renacentista. Bajo el mandato del Estado, estos artistas consideraron dar rienda suelta a esa patria revolucionaria, la libertad de expresión de la época y la nueva paz mexicana. Artistas de otros países, como Robert Capa, encontraron nuevos fundamentos artísticos en esta cultura tan enervante, feliz y exótica.

Entre las muchas obras de este período, destacan: Mujeres mayas (1926 – Roberto Montenegro), Baile de Tehuantepec (1928 – Diego Rivera) o un autorretrato de Frida Kahlo. Entre, además, tantas obras de otros autores, esta cultura supuso una bonanza exquisita para México, con el fin de fomentar su nuevo arte, patriótico y, sobre todo, exponente grande de un país lleno de distintos tipos de maestría.

Esta cultura se basó en recuperar la historia legítima de su pasado. Una de las ideas a esto es el muralismo mexicano, que avivaba la idea nacionalista de todo un conjunto de pueblos unidos por siempre. Era un destino con el que revivir la Revolución, sin embargo, cortante para sueños más liberales de los artistas. No obstante, era una identidad para el país, sacarlo de su opresión para ser libre el pueblo tanto indígena como español. Por entonces, el arte ya cobraba una figura más pública que privada, era mercantil a la vez que cultura mundial.

Este ejemplo de pinturas recolectaba de todo tipo, no solamente de revolución se hable. Había desde escenas cotidianas a religiosas, una de estas últimas famosas, aunque fuera de esta época: La Piedad, réplica que se hizo en el siglo xviii por influencia renacentista.

De los llamados Tres Grandes (Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Siqueiros), crearon una idea del arte totalmente única denominada fuerza universal, la mejor forma de expresión del ser humano. También fue un arma en la revolución, un estandarte con el que definir mejor la libertad que su cultura. Aunque diferían en sus obras cada uno, los tres servían de influencia para la nueva generación de artistas.

Frida Kahlo no dejó atrás tampoco su pincel. Fue maravillosamente conocida por sus autorretratos. Llegó a internacionalizar su trabajo: cruzó la frontera mexicana con un talento innato que iba desde la libertad indígena hacia lo feminista. Su vida giró en torno a la Casa Azul, hogar donde nació, y murió. Por culpa de un accidente de autobús a sus dieciocho años de edad, fue la gracia que la dotó del valor tan reverencial con el que dio a conocer muchas de sus obras en su recuperación.

Hasta estos días, estos legados de culturas definidas por épocas de revolución, guerras y renovada cultura permitieron que México comunicara su vida artística hacia todo el mundo, con el fin de atraer a otros artistas para inculcar el futuro en los nuevos pinceles aprendices.

 

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.




jueves, 2 de marzo de 2023

Tardes

Tardes


Dulce miel vieja,

dime qué hoja amarga

tuvo una vida como la mía,

para terminar así: seca;

dime qué fue de nuestra cabeza…

era tan fulgurante, esquizofrénico,

arrebatador, imperioso, lúcido…

qué fue de esa historia, en nuestra biblioteca.

Dime, invierno fatuo de holgada mueca,

qué fue de esas caricias ficticias,

de esas de mi mente;

y llegó ella, nariz de peca.

¿Por qué todas son ella?

No hay camino que desvíe

al buscar a otra dama,

con esta que me deja.

¿Por qué no hay otra en esta época?

Lord del Barroco, señor de una,

un kilo de lenguas y tres mil senos,

a decir que ya no la amo, en este poema.

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

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