miércoles, 1 de agosto de 2018

Nuestro camino

Eres especie, eres enigma,
eres secreto de mi cuerpo antaño,
un mundo sin límite,
el alma del éxito máximo.
Sirves a mi amor, mi pasión,
el sueño de nuestra vida, en lo mágico;
vives en mi universo,
en uno que por nuestro nombre, es llamado.
Eres constelación, estrellas,
el ADN de todos mis inmortales años,
las lágrimas de todos los hombres y mujeres
que por adorando la felicidad, han diluviado.
Las lágrimas de mis ojos, eso eres,
también el destino de lo sacro,
lo bendito, lo más inocente
que pueda sostener en mis manos.
Como así lo eres tú, tu sonrisa,
el fertilizante de esta tierra que tanto amo,
la que tú eres, mujer sagrada,
propietaria de mi sangre, poemas y valor de soldado.
Eres la voz, el susurro, el murmullo del viento
que por nadie es movido ni alimentado;
eres la savia del mundo, de lo etéreo,
eres la intachable fe que le falta a todo ser humano.
Eres la esfinge de África,
la leyenda perdida de Asgard, mito escandinavo;
el fuego de América, la lujuria de Europa,
las aguas sedientas de Atlántida y su legado.
Eres el Sol, las lunas, el paraíso desconocido
que jamás se ha encontrado,
el cuento de mi infantilidad, la arruga de mi vejez,
el origen de todo lo que te he deseado.
Eres el numen de mi divinidad,
el golpe de luz que me regalas en forma de rayo,
y me haces tu Zeus, el rey de tus héroes,
me conviertes en Dios, por ti, arrodillado.
Me haces palabra por beso
escrito en un volumen por siempre recordado,
y eso eres además, la letra por la letra,
el viaje que todavía no he conquistado.
Eres un jeroglífico en mis sueños,
la suma y múltiplo de mi sello enamorado,
el ente dentro de tu cuerpo,
el gemelo por el que tanto he llorado.
Eres la perfección, el rezo completo,
la totalidad del universo, lo lejos y no divisado,
el sin límite de mi fuerza,
la belleza suprema para mis ojos hechizados.
Eres lo que siempre he querido,
el primer poema del primer poeta encandilado,
ese que le juró amor a su dueña,
como yo te juro a ti, hogar mío, ser tu hombre eternizado.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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