martes, 31 de julio de 2018

Asolado

No me hagan caso,
no soy nadie al que importen,
no existo en el tiempo, no ando,
no ceno de la vida,
no poseo nada de lo extraño.
Olviden mi ser,
mis cosas, mi destino malo,
mis bondades que una vez fueron perfectas,
y ahora todas han terminado,
por culpa de Dios y su perfume de ego.
Bendito juego de mano,
busquen alguien nuevo,
yo ya no sirvo, soy en vano,
pues me han destruido,
me han devuelto al fango.
Me han tratado como una bayeta
que ni es capaz de limpiar el fracaso,
solo se moja más de ponzoña,
de odio, rencor y más asco,
solo merezco vivir en otra muerte.
Allí en soledad, repudiado,
con dedos de justicia a mi alrededor,
todos ellos me apuntan, acusado
de ser el peor ente de la vida,
de un tiempo maleducado.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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