jueves, 21 de noviembre de 2019

Cabello de Ángel

Desde la infinidad de un cabello, 
así es el amor, ligero pero fuerte, 
tan corto como una uña, 
tan profundo como el universo. 
Así, un pájaro se lo lleva con palos de ciego
a su nido íntimo para cuidarlo;
esas ramas que crean un hogar,
y el inicio del primer beso. 
Expertos, no temáis por este memo
que no sabe de amor, 
pero entiende que de un poema
el amor es más listo que un genio. 
Profesores, no enseñéis frialdad a los juegos
de los pobres niños, que de amor los dan;
y luego el estudio, si no aburrido, 
que crezca en adulto, y de anciano recuerdo. 
Religiosos, ¿qué es Dios, sino Amor e Infierno?
Ay, pobre diablo que se queje
que sufre por una doncella, reina
y propietaria suya, y muera por romeo.
Oh, Cervantes, Lope, Neruda y todos ellos, 
naciones andantes que con su pluma
cambiaron el mundo, el mío
y el de cada loco y cuerdo. 
Así que apunta bien, amigo etéreo, 
que si por el amor te enamoras,
la competencia es ardua,
con tanto garbanzo en este puchero.
¡Don Juan!, así me llamaron en esto, 
sentido chaval, hombre cotidiano, 
y de noche por la ventana
siempre le sonrío a lo que más quiero. 
Y tartamudea mi lengua en su gesto,
elegante entre las estrellas, 
que ni Da Vinci puedo haber pintado
tamaña belleza en mi cielo. 
Y cuando toco el Árbol del Deseo,
que sus ramas sean letras,
caricias y amor mismo, 
como la infinidad de su cabello.

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

Me gusta

Compartir