viernes, 15 de noviembre de 2019

Hombre de acero

Véase bien este mar de rocas
que por asomar canas de alfiler
en esta cabeza hueca, 
hay solo furia en su boca. 
Insulta su humildad, y no valora
el sarcasmo de un elefante,
ese que grita por un ratón
cuando el queso lo lleva en la trompa. 
¡Fuego, rabia y moscas!
Así está el muro que me devora
como tren de mercancía oxidada;
tantos años encima, 
y con un corazón lleno de gloria. 

© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

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