miércoles, 30 de agosto de 2017

Poema

POGGY

No es un hombre,
tampoco un nuevo arte,
ni una mujer tan hermosa
que hasta los ancianos,
por ella, se extasien.
Ni es uno de mis dedos
ni tampoco una nube
de ese tan esmerado cielo.
Un corazón tierno,
dulce y protector,
valiente y hasta seductor.
Lo llaman mimo,
tal vez cursi,
incluso rosas en racimo
entregadas con una sonrisa infantil,
o perdida de lujuria pueril.
Es ese estado
en el que uno no sabe ni dónde está,
a dónde viaja
o cómo flota en su Nirvana:
en su estado más sobrenatural.
Se le conoce así
a cuando nos miramos anonadados,
sonriendo ¿a quién?,
a nuestros rostros embelesados.
Es ese mito entre leyenda y la historia,
ese lugar que existe pero al mismo tiempo,
ni es memoria.
Tiene ese nombre también a lo que hacemos:
de todo para nosotros,
con o sin ropa...
Un poggy,
eso es a lo que yo llamo
ser cursi hasta las trancas,
arrodillarme ante ti con un omnipotente amor,
y encima de un poni.
Hasta tal vez se me vaya de las manos
el amarte tanto
y se rían de mí al decirte:
"mi mujer, cosita mía. Mi pochi, pochi".

© 2017 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

Me gusta

Compartir