sábado, 2 de diciembre de 2017

Poema

COBARDE COMO UNA GALLINA

Bendita sea mi granja.
Patos, vacas, toros y cochinos,
éstos últimos, ¡qué guarros!,
cerdos como los vecinos.
Amor de granja.
Qué bonito
es vivir con estos salvajes,
con estos chicos,
obedientes y cebados hasta explotar,
¡mis animales queridos!
Eh, ¿y mi gallina?
¡Jovencita, a ti te grito!,
¿has visto a la de los huevos de oro?
¡Allí está la señora de los pollitos!
Ven aquí, ven que te quiero...
¡Te quiero y te quiero, repito!
No me hagas correr
que no estoy para estos ritmos.
Ando entrado en edad
con mocos de anciano tullido,
y como te lance mi bastón,
¡tus huevos por fin serán míos!
¡Aparta, puerco!
Éste, que se metió en medio de mi camino,
tuve que darle un buen puntapié...
¡Uno bueno en su trasero de porcino!
Esa gallina me está volviendo loco
a mis amigos, que sean bienvenidos,
a ésos del horizonte:
¡los conejos se comen mi cosecha, malditos!
Por culpa de esa gallinácea
¡las canas son mi veredicto!
¡Atrás, vaca,
que esa gallina irá derecha al pucherito!
Te voy a atrapar...
¡Ay, mi pandero adora el suelo donde dormito!
Qué dolor y qué odio a ese pollo,
me las pagará cuando levante mi puño al Gran Erudito.
¡Ven aquí, gallinácea,
que cuando no hay olla con cebollinos
ni pavo para esta Navidad,
te aseguro que habrá gallina en el festín descrito!
Uno con olor a ti,
uno con sabor a amor bendito.
¡Gallina, vuelve aquí
o probarás mi ira de cascarrabias enfurecido!
Y a todo esto,
mi señora me ha oído.
"¡Deja de chillar, loco patán,
que no dejas dormir a los niños!".
Freno en seco mis pasos
y se me escapa un alarido.
¡Ay de mí!
Por perseguir a una gallina despavorido,
por culpa de ella,
de miedo me quedé en mi sitio.
"Sí, señora mía.
Lo que usted mande, será mi delito".
Cual borracho deseando a esa gallina,
al final entré en casa, regañado y con un buen castigo.

© 2017 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

Me gusta

Compartir