jueves, 18 de junio de 2020

Entre un ciclón

Vi pasar un grano de azúcar
en la arena blanca, escurridizo, bello, 
tan amplio como un mundo,
tan seguro como una piedra entre rocas.
Era gemelo de la sal marina, como medusa,
encuentro eterno entre agua y tierra, 
figura inquieta igual que una estatua
o un muro lleno de hormigas trabajadoras. 
La noche no ocultaba ese grano de azúcar, 
etéreo en su quietud, débil ante el agua,
fuerte coloso contra el viento;
todo un reto para Dios a cuenta gotas. 
Un grano de azúcar lejos de ser azúcar
cuando ese grano llora en el agua,
deshace sus lágrimas en espuma, 
blanca como la arena y la sal gorda. 
Viejo como una cana, nieve de bruja, 
un grano distinguido por su hazaña
de ser único entre semejantes,
todos granos dentro de una bolsa. 
Este era natural, poeta y musa, 
escribía su historia en cada paso,
dejar en la arena su vida
en letras de barro y agua de roca. 
Y se fundió en una escultura
que el sol la llenaría con cortinas de oro, 
entre tanto grano de azúcar
como puertas con su pomo de orca.
Se hizo vivo, el destino del azúcar;
se hizo perfecto, ni cosa ni objeto,
juguete o niño burlesco, un ser gigante;
vi pasar un ciclón que se llevó mi sombra. 

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

Me gusta

Compartir