domingo, 2 de abril de 2023

El Renacimiento Plateresco y Neoplateresco - España

       Conocido también por otros muchos “apodos” como el Protorrenacentismo, por ejemplo, el Renacimiento Plateresco de España fue un estilo de arte arquitectónico basado en el gótico tardío y algunas otras mezclas renacentistas españolas, así como lombardas. Se desarrolló durante la monarquía española por el siglo xvi y se fue distanciando hacia otros lugares llegando incluso hasta América y Asia.

      Los ejemplos más comunes sobre este tipo de Renacimiento español se ve en los detalles de los escudos y pináculos, fachadas de tres fragmentos, entre otros. Fue concebido este arte durante el reinado de Carlos i y fue extendiéndose hacia territorios más propensos de España a quedarse rezagados en el gótico, al mismo tiempo que viajaba hacia México.

      Se define como un exoestilo no integrado realmente en este renacimiento del arte español y sus motivos se pueden detectar en temas vegetales de las fachadas, candelabros, monstruos decorativos y un espacio ovacionado para el gótico todavía. En cambio, en México, el Plateresco surgió como arte propio con fusiones indígenas.

      Se hacían famosas las fachadas-retablo y exageradamente decoradas. Su influencia vegetal también arraigaba su nuevo porte hacia el Renacimiento en sí, aparte de la heráldica y otros ornamentos. Los materiales, además, eran ricos en novedad: el dorado, por ejemplo, destacaba.

      Por el primer tercio de siglo, aparecen nuevas dotaciones de recursos con colores más elaborados y decoración prolífica como en las hornacinas y nichos.

      Aparte de los elementos italianos incluidos en este tipo de Renacimiento, como los arcos romanos, también se añadían motivos descriptivos como los cuernos y laureles para los militares.

      El Plateresco continuaba por el estilo isabelino, es decir, de características propias de la Corona de Castilla conformado durante el reinado de los reyes Católicos. Las insinuaciones al gótico no pasaban desapercibidas, por lo que se demostraba que no era nada fácil hacer la transición hacia el Renacimiento. No fue hasta el año 1530 d.C. que se empezó a notar algo renacentista. Gracias a las invenciones de Juan de Herrera, la construcción del monasterio de San Lorenzo de El Escorial fue la culminación para, por fin, obtener el Renacimiento como se debía.

      En cuestión del neoplateresco, este tipo de arte no fue concebido hasta muchos siglos posteriores (siglo xix). Necesitaba inspirarse de nuevo con ideas antiguas, encontrándolas en el Renacimiento Plateresco. Quien lo introdujo fue el arquitecto español José Urioste, gracias a los pabellones que había ideado en inspiración del Palacio de Monterrey, entre otras. Posteriormente, España lo fue adquiriendo como una normalización de sus estilos.

      Se empezó a denominar arquitectura historicista en el sentido de querer buscar nuevas ideas en los antiguos estilos con los que lograr innovadoras hazañas artísticas. Así surgía el prefijo neo-. Este tipo de estilo fue de tal envergadura que se ofreció como símbolo renovador de las antiguas enseñanzas arquitectónicas, dando plaza a nuevos avances decorativos, técnicos y estructurales.

      Sus características se basan en ideas del pasado ya existentes en el Renacimiento español, pero con signos regionales. Emplea una técnica basada en ornamentos, tanto en exterior como interior. Ejemplo de esto lo podemos encontrar en el Palacio de Comunicaciones o en uno de los primeros tramos de la Gran Vía.

      El neoplateresco fue también distendido hacia otras zonas fuera de España, en concreto en áreas hispanoamericanas. Sin embargo, las mezclas apuntaban a algo más que esta definición, causando así contraposiciones entre rastros españoles y coloniales, incluso del Barroco. Uno de estos ejemplos lo podemos encontrar en el Casino Español de la capital federal de México.

      Los distintos tipos de Renacimiento español fueron causando gran auge hasta después de su etapa moderna, embriagando así la necesidad de más cultura y arte, sin olvidar su pasado, del cual nutrimos nuestro intelecto con el que poder revivir majestuosidades.

 

© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.



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