El ser humano
siempre ha buscado el síndrome
del amor a través de múltiples facetas del
arte, pero la que más llega directamente al corazón y el alma es la poesía. Es una de las bellas artes de la rama de la
escritura, constante movimiento de la mano
con la que se forjan historias de numerosos personajes, sentimientos y
emociones. Cada letra que une palabras es para un sentido romántico, pasional y
hasta erótico.
La poesía es un género literario
que escribe en verso o prosa poética. Se divide en tres tipos: lírica, que se canta; dramática,
de una manera teatral; y la épica. Sin
embargo, la poesía pertenece hoy día a la lírica en general con tal de identificarla
de la narrativa, que es la prosa pura.
Antiguamente, Platón la describía como “la palabra que abarca toda la literatura”.
El concepto de artista nace entonces para
todo tipo de este género, incluido el artesano,
ya que hace esencia de la creatividad como la
gnosis del arte lírico. No obstante,
no estaba íntegramente dedicada a la escritura como tal, sino al canto en un
auditorio por una persona que tocaba la lira para el público. Se hacía maestría
con la voz, que era lo que realmente importaba, por la que el sentimiento
profundo del amor llegaba a todo lugar.
En Roma, la poesía vive por el andén del ritmo,
la cadencia y el sonido.
El sentimiento lo nace profundamente religioso, por lo que el sentido romántico
lo tiende a aparcar. Los versos de este tipo
de poesía eran medios, con los que se relataban ideas o situaciones que
cobraban inspiración mundana. Era un síndrome hacia el mundo filosófico.
La poesía más antigua que se conoce data de varios siglos antes
de Cristo. El Poema de Gilgamesh, narración
en verso de las aventuras del rey con el mismo nombre, muestra los primeros
cantos. Es una obra épica de Sumeria, está hecha en arcilla y con símbolos
cuneiformes. Se data de hace 2.000 años antes de Cristo. Otra obra conocida es
la Ilíada, de Homero,
es una epopeya griega que consta de más de
15.000 versos y está dedicada a narrar los acontecimientos de la guerra de Troya.
Son obras de arte
escritas que eran compuestas para ser habladas, lo que es la comunicación oral de antaño para expresar ideas cultas sobre el
mundo, una situación, la religión, leyendas sobre héroes, mitos o también para
la invocación de los dioses. Eran fragmentos tan novedosos que fueron sellados
al mundo como cultura intocable. Lo bueno de
esto era la comunicación externa, es decir,
la poesía viajaba de pueblo en pueblo en su extensión por llegar a cualquier
persona, fuera de las civilizaciones. Las obras cantadas marcaban un recuerdo
mejor impregnado, por lo que la lírica poética
era la forma más reverenciada y considerada única.
La rima es lo que más destaca de la poesía, aparte de las asonantes y consonantes.
Se coloca al final de los versos con el fin de que el sonido que procesa sea
similar al del siguiente. De esta manera, la llegada de esta información “cantada”
modera el uso del lenguaje a uno más cantautor. La aliteración
es el método por el cual se repiten los sonidos, a fin de obtener de los sinónimos
una misma voz “rimada”. Estas características se pueden ver como ejemplo en un
poema épico de Beowulf, en el que se empleaba
este tipo de versos.
La poesía se divide en versos y estrofas, de modo que se logra un texto limpio y centrado. Por cada verso y dada su
cantidad de recurso lírico, se considera que puede tener un nombre u otro,
como, por ejemplo, los pareados, aquellos que sus rimas finales se muestran en dos
versos; o un triplete, que designa rima en
tres de sus versos. Sucesivamente, se considera un poema
medido como aquel que contiene un número finito de tonos y sonidos,
la cadencia que marca el ritmo del poema. Se
denota que los estribillos utilizan algo
semejante, por lo que los sonidos se repiten suave y constantemente.
En la poesía china se escalda el verso penta y heptasílabo, conocidos en
aquellos que se cultivaron más como los Lüshi
y los Jueju. Destacaban los poemas del
artista Li Bai y de Bai
Juyi en una enorme antología de más de 40.000 poemas, junto con
otros poetas, dignos de la dinastía Tang, que
se titulaba Todos los poemas de la Dinastía Tang.
Existía un movimiento, el de la lengua
antigua, que proclamaba sobre la época anterior, la Han,
un ritmo y sonido más excelsos y menos tornados a ser una elaboración compleja.
En este tipo de arte chino, destacaba posiblemente Han
Yu como el mejor escritor chino de todos los tiempos.
Hacia el siglo viii, la poesía japonesa
obtenía especial importancia en su forma: el haiku,
una composición de tres versos de cinco
y siete sílabas dedicados a la naturaleza u otras artes de expresión por la
filosofía. Derivaba de los tankas.
Los conocidos como trovadores,
provenientes de Francia, nacían de Provenza y recorrían sus obras los caminos cantados
con instrumentos musicales por poetas italianos de la Edad
Media (siglo xiii).
Uno muy conocido, Dante Alighieri, se hizo
famoso por su obra Divina Comedia.
La poesía castellana
utilizaba recursos de medición de versos con los que estructurar el poema, así como
el ritmo, la aliteración y su estilo. Se mide según sus sílabas cortas o
largas. Se popularizó el verso octosílabo. El
encanto por la sílaba tónica o átona indicaba mejor el cambio de sonidos. Se
concentra su fin en la musicalidad poética.
Con la llegada
del Postmodernismo, el clasicismo poético
fue degradándose poco a poco hasta tomar diferentes estilos. Se regentaban
propios y se encauzaba a un valle más libre del sonido. Los términos
occidentales se ven flagelados por nuevos poetas que, con una rama creativa más
ligada al papel que a las formas, lograban bellezas vanguardistas.
En la actualidad, la poesía marca un sentido social.
Utiliza un verso libre, fácil de redactar y
de sentimiento más obvio, no tan crítico con su recurso literario. Se libera de
esas restricciones que se daban en los clásicos. Es la llamada metapoesía o poesía vehicular
del nuevo milenio. Surgen nuevas corrientes como el poema
visual, los poemas agresivos,
poemas de una mezcla entre clásico y moderno, entre otros.
La poesía ha tenido una amplia raíz hasta terminar por convertirse
en un árbol que jamás terminará, pues de sus versos nacen otros que ligan
esencias con la naturalidad única de que la vida de un poeta, aunque mortal,
perdure por siempre en su legado, hecho papel, pluma y tinta.
© 2022 Elías Enrique Viqueira
Lasprilla (Eterno).
España.