Puede ser la Rueda del Destino
aquella vez que caminamos
con la huella bien alta,
pies del alma que nos hizo.
Con la voz del rayo fino,
un día de cálido lenguaje
nos llevó al otro lado,
de un lago por vino.
¡Copas, alzad!, así lo escribo,
cuando el tiempo fue,
las horas nuevas venían
con la rueda de este nuevo castillo.
© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.