El Renacimiento español es uno de los más representativos en nuestro país, ya que ha sufrido una mayor revolución a nivel tanto artístico como cultural. Se originó en Italia el Renacimiento en el siglo xv y se expandió por el resto de Europa.
Este Renacimiento fue impregnado por la mano de la llegada de la imprenta a nuestro país por el mismo siglo, año
1471 d.C.; al siguiente se había impreso el primer libro, titulado El Sinodal de Aguilafuente. En esta época se
había reunificado Granada, la que fue la
etapa final del reino islámico, así como las
siguientes batidas contra el mundo musulmán
asentado en España, varios de ellos convertidos al cristianismo.
En esta época también surgió la famosa conquista de Cristóbal
Colón: el Descubrimiento de América (1492).
El Renacimiento español
estaba íntimamente “casado” con la monarquía católica, es decir, era un mundo
artístico dedicado por y para ellos. Se deja atrás la parsimonia de lo medieval y lo gótico
para empezar a sentir una nueva era del arte. Llegaban artistas de Italia para
fomentar sus dotes en España, así como el magnífico Quattrocento
y el Cinquecento.
El mecenazgo de Carlos i
fue fundamental para la extensión del nuevo arte. Se lograban obras nunca
vistas por los ojos de la antigüedad. Artistas como Juan
de Juanes o Pablo de San Leocadio
dieron su maestría para crear obras como La Santa
Cena y Virgen del Caballero de
Montesa.
La pintura estaba entregada al óleo, por lo que la ligereza de las escenas era
semejante a la de contemplar un paisaje libre de muchedumbre. Las sensaciones
italianas estaban muy presentes como los adornos clásico (estilos romanos o
griegos), así como los motivos boscosos, las ondulaciones de ropajes largos y
los rostros serenos como los mismos dioses.
El Greco
fue uno de los mejores pintores y más conocidos actualmente. Fue el que forjó
el Manierismo en España y lo llevó a la
categoría suprema del arte. Juan de Borgoña, Rodrigo de Osona o Alejo
Fernández, entre otros, fueron unos cuantos de los que más
destacaban en la época. El entierro del Conde Orgaz,
pintura del Greco, tomaba parte el escenario religioso, tema clásico, y sus
acciones que alimentaban la fe de los feligreses y de quienes deseaban cultivar
su alma con esta maestría.
Siglo después, el arte de la escultura española había surtido este
efecto tan tardío, después de suceder en Italia. El gótico era un “germen” que
todavía seguía gustando mucho a la gente, y sus esculturas eran reacias a
cambiar de “moda”. Muchas de ellas fueron echas por escultores italianos
llamados de su propio país para engendrar en España ese aprendizaje posterior
de ellos. El material más utilizado eran el bronce
y el mármol. Destacaba en estos grupos de
artistas italianos las obras de Miguel Ángel,
como la de San Juanito.
Los temas escultóricos se desarrollaron más en los temas
religiosos, en sus sepulcros y en sus decoraciones de este tipo. También era
aplicada a la arquitectura como una
decoración fastuosa para el público. La piedra
era el material más empleado, ya que era el preferido y el perfecto para
trabajarlo fácilmente y sin mucha complicación. Después, el mármol y el bronce
ofrecían el toque final. Aunque el más representativo era la madera con policromía,
la cual era tratada como un dorado cocido. Los retablos eran
recubiertos con oro, aunque un recurso
encarecido, servía para la maravilla de la gente y la propia obra. Este tipo de
retablo fue una herencia del gótico, pero con las modificaciones necesarias
para esta época dorada, tal y como lo exponían sus propias obras. Era un
recurso necesariamente obligado, ya que ayudaba, además, como soporte
arquitectónico. Uno de estos ejemplos lo podemos contemplar en el retablo mayor de la Catedral de Astorga, de Gaspar Becerra.
La arquitectura
había sufrido tres tipos de etapas:
plateresco, purismo y herreriano. El primero había optado por un estilo
del sur de Italia, de la Corona de Aragón,
quien dominaba en la época, y fusionaba tanto técnicas italianas como
españolas. El purismo veía agravada su ornamentación, por lo que la decoración
era menos. Más aún en la tercera etapa, donde continuaba esta ausencia, pero
con motivos religiosos. Lo herreriano fue en nombre a Juan de Herrera.
© 2023 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.