jueves, 29 de diciembre de 2022

La edad


La edad

Las horas llaman, cabestrillo fatal,

la paz se desmorona, caótico ser,

acumulas mis males en tu tesoro,

alma endiablada, rompe felicidad.

Me irritas, carcomes mi sinceridad,

prohíbes todas mis fortalezas

en pos de un sinvivir,

demonio llamado rencor, pura crueldad.

Matas mi cuerpo, pero no mi libertad,

ansias ser como yo, lo que logras es más odio,

envidia de un dios,

nunca sabrás lo que es la humanidad.


© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

domingo, 25 de diciembre de 2022

El arte del Antiguo Egipto

      El arte del Antiguo Egipto se ha caracterizado por maravillar a la población del futuro con sus obras maestras en constante intriga, misterio y jeroglíficos indescifrables para los de a pie. Estas características hacen de este mundo que se explaye en bellezas que jamás se hubieran imaginado, solo por algunos dotados de un don maravilloso. Sus maestrías fueron infundadas a sus actividades de grandeza y hasta de un tamaño más cotidiano, así como dignos de un faraón. Incluso divino.

      Egipto es caracterizado un lugar imperante para las cunas del arte. Se clasifica en períodos: Neolítico (4.000 - 5.300 a.C.), Badariense (4.000 - 4.400 a.C.), Nagada I Amratiense (3.500 - 4.000 a.C.), Nagada II Gerzeense (3.200 - 3.500 a.C.) y Nagada III (3.000 - 3.200 a.C.). Durante estas épocas, el arte fue enfocado hacia la decoración, como las cerámicas, y al culto religioso con un poder enérgico tan fidedigno que parecía de otro mundo. Se usaban las vasijas de piedra para el empleo de sus artes.

      El proceso de su tratamiento artístico era deliciosamente meticuloso, tan delicado que parece imposible que haya sobrevivido hasta hoy día. Los detalles y colores bien conservados desde hace siglos adelante hasta nuestras jornadas, reflejan el estilo tan supremo que tenían los artistas egipcios de aquella era para destacar sus talentos para impresionar a los grandes reyes.

      Las pinturas bajorrelieves son las que se hacían en planos superpuestos y designadas con ánimo jerárquico, siendo el faraón siempre el más grande. La técnica del perfilado era el tema central a la hora de representar las imágenes y símbolos, lo que hacía que sus personajes fueran poco dinámicos y de un estatismo seco, aunque amplio de historia que se quería demostrar. Aunque sus extremidades están al frente, no dista del perfilado con el que se juega. Las escenas que se representaban eran las del día a día en los templos y en papiros.

      Su arquitectura es excepcional y, como se dijo antes, de una grandeza exquisita. Plenamente religiosa, su empleo era altamente monumental e imperioso, ya que debía reflejar el entusiasmo y la invulnerabilidad de una civilización única y mítica. Se fomentaba la gran piedra como tema principal, en bloques discretamente cortados para que encajaran unos con otros, y con dinteles en columnas poderosas. También se moldeaba el adobe en las casas y en palacios. Los conocimientos matemáticos y ciencias de la construcción fueron capaces de “adivinar” la colocación exacta, no solo de materiales, sino de la obra en sí para que, de lejos, pudieran saber extranjeros qué tierra pisaban. Lo que más figuraba hasta hoy día eran las pirámides, como las de Guiza.

      Durante el Imperio Medio y Nuevo, los templos pasaron de ser funerarios al culto a sus dioses. Solo estaban dedicados a los grandes representantes, como los faraones, y el pueblo bajo no podía acceder a ellos, solo en presencia constructiva o mera ojeada.

      Las esculturas que se fabricaban entonces, eran capaces de representar a sus dignatarios y políticos tal y como los veían: imperiosos. Se empleaba el granito y otros materiales para sus elaboraciones. Sus monumentos más magnánimos se colocaban de frente, siguiendo su propia ley de la estructura y dimensiones.

      Durante el Imperio Antiguo (2.700 - 2.200 a.C.), se construyeron muchas de sus pirámides, como la Gran Pirámide de Jufu. Eran edificadas con grandes piedras talladas en bloque, así como hermosas esculturas.

      A partir del Imperio Medio (2.040 - 1.795 a.C.), las pirámides pasan a ser parte del adobe, y las esculturas cobraron un realismo más natural. La jerarquía se veía impuesta con mayor capacidad de dominio, pero sin “humillar” la de sus dioses. La escritura, se conoce que fue un clímax con la obra de la Historia de Sinubé.

      El Imperio Nuevo (1.570 - 1070 a.C.), las joyas tomaron un empleo más destacado. El oro era el material preciadamente valioso para los egipcios, por lo que se empleaba en muchas de sus obras. También en esta era se construyeron más templos, como el de Luxor.

      En el Período Tardío (672 - 332 a.C.), la degradación de algunas obras tuvo que ser rescatada hasta volver a “reutilizar el arte del Imperio Antiguo. El bronce fue un protagonista innovador en los materiales. Otros emperadores, llegados de Roma o Grecia durante el intervalo de 332 - 30 a.C., fueron los que resucitaron las antiguas costumbres para mantenerlas en el tiempo. En esta era, el Templo de Horus es uno de los monumentos destacados.

      El Imperio egipcio fue uno de los capaces de sustentar los ojos impregnados en el poder del ser humano que posee para deslumbrar, así como ser perdurable por muchos siglos. La inmortalidad era el valor más preciado para ellos, y lo lograron con creces.

 

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.




jueves, 22 de diciembre de 2022

Pobreza


Pobreza

Desde lo más humilde, 

cada ser busca su vida, 

no aúna con la de otros, 

muere por cada día que pide. 

¿Cincuenta céntimos? ¡Eso me sirve!

Dar fe de una jornada viva,

poder oler los restaurantes, 

la quema de nueces, 

almendras, castañas y jengibre.

Más de una moneda, me dice, 

quien me otorga una ilusión, 

me guarda esperanzas

para poder comer otro día, triste.


© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

domingo, 18 de diciembre de 2022

Poesía

       El ser humano siempre ha buscado el síndrome del amor a través de múltiples facetas del arte, pero la que más llega directamente al corazón y el alma es la poesía. Es una de las bellas artes de la rama de la escritura, constante movimiento de la mano con la que se forjan historias de numerosos personajes, sentimientos y emociones. Cada letra que une palabras es para un sentido romántico, pasional y hasta erótico.

      La poesía es un género literario que escribe en verso o prosa poética. Se divide en tres tipos: lírica, que se canta; dramática, de una manera teatral; y la épica. Sin embargo, la poesía pertenece hoy día a la lírica en general con tal de identificarla de la narrativa, que es la prosa pura.

      Antiguamente, Platón la describía como “la palabra que abarca toda la literatura”. El concepto de artista nace entonces para todo tipo de este género, incluido el artesano, ya que hace esencia de la creatividad como la gnosis del arte lírico. No obstante, no estaba íntegramente dedicada a la escritura como tal, sino al canto en un auditorio por una persona que tocaba la lira para el público. Se hacía maestría con la voz, que era lo que realmente importaba, por la que el sentimiento profundo del amor llegaba a todo lugar.

      En Roma, la poesía vive por el andén del ritmo, la cadencia y el sonido. El sentimiento lo nace profundamente religioso, por lo que el sentido romántico lo tiende a aparcar. Los versos de este tipo de poesía eran medios, con los que se relataban ideas o situaciones que cobraban inspiración mundana. Era un síndrome hacia el mundo filosófico.

      La poesía más antigua que se conoce data de varios siglos antes de Cristo. El Poema de Gilgamesh, narración en verso de las aventuras del rey con el mismo nombre, muestra los primeros cantos. Es una obra épica de Sumeria, está hecha en arcilla y con símbolos cuneiformes. Se data de hace 2.000 años antes de Cristo. Otra obra conocida es la Ilíada, de Homero, es una epopeya griega que consta de más de 15.000 versos y está dedicada a narrar los acontecimientos de la guerra de Troya.

      Son obras de arte escritas que eran compuestas para ser habladas, lo que es la comunicación oral de antaño para expresar ideas cultas sobre el mundo, una situación, la religión, leyendas sobre héroes, mitos o también para la invocación de los dioses. Eran fragmentos tan novedosos que fueron sellados al mundo como cultura intocable. Lo bueno de esto era la comunicación externa, es decir, la poesía viajaba de pueblo en pueblo en su extensión por llegar a cualquier persona, fuera de las civilizaciones. Las obras cantadas marcaban un recuerdo mejor impregnado, por lo que la lírica poética era la forma más reverenciada y considerada única.

      La rima es lo que más destaca de la poesía, aparte de las asonantes y consonantes. Se coloca al final de los versos con el fin de que el sonido que procesa sea similar al del siguiente. De esta manera, la llegada de esta información “cantada” modera el uso del lenguaje a uno más cantautor. La aliteración es el método por el cual se repiten los sonidos, a fin de obtener de los sinónimos una misma voz “rimada”. Estas características se pueden ver como ejemplo en un poema épico de Beowulf, en el que se empleaba este tipo de versos.

      La poesía se divide en versos y estrofas, de modo que se logra un texto limpio y centrado. Por cada verso y dada su cantidad de recurso lírico, se considera que puede tener un nombre u otro, como, por ejemplo, los pareados, aquellos que sus rimas finales se muestran en dos versos; o un triplete, que designa rima en tres de sus versos. Sucesivamente, se considera un poema medido como aquel que contiene un número finito de tonos y sonidos, la cadencia que marca el ritmo del poema. Se denota que los estribillos utilizan algo semejante, por lo que los sonidos se repiten suave y constantemente.

      En la poesía china se escalda el verso penta y heptasílabo, conocidos en aquellos que se cultivaron más como los Lüshi y los Jueju. Destacaban los poemas del artista Li Bai y de Bai Juyi en una enorme antología de más de 40.000 poemas, junto con otros poetas, dignos de la dinastía Tang, que se titulaba Todos los poemas de la Dinastía Tang. Existía un movimiento, el  de la lengua antigua, que proclamaba sobre la época anterior, la Han, un ritmo y sonido más excelsos y menos tornados a ser una elaboración compleja. En este tipo de arte chino, destacaba posiblemente Han Yu como el mejor escritor chino de todos los tiempos.

      Hacia el siglo viii, la poesía japonesa obtenía especial importancia en su forma: el haiku, una composición de tres versos  de cinco y siete sílabas dedicados a la naturaleza u otras artes de expresión por la filosofía. Derivaba de los tankas.

      Los conocidos como trovadores, provenientes de Francia, nacían de Provenza y recorrían sus obras los caminos cantados con instrumentos musicales por poetas italianos de la Edad Media (siglo xiii). Uno muy conocido, Dante Alighieri, se hizo famoso por su obra Divina Comedia.

      La poesía castellana utilizaba recursos de medición de versos con los que estructurar el poema, así como el ritmo, la aliteración y su estilo. Se mide según sus sílabas cortas o largas. Se popularizó el verso octosílabo. El encanto por la sílaba tónica o átona indicaba mejor el cambio de sonidos. Se concentra su fin en la musicalidad poética.

      Con la llegada del Postmodernismo, el clasicismo poético fue degradándose poco a poco hasta tomar diferentes estilos. Se regentaban propios y se encauzaba a un valle más libre del sonido. Los términos occidentales se ven flagelados por nuevos poetas que, con una rama creativa más ligada al papel que a las formas, lograban bellezas vanguardistas.

      En la actualidad, la poesía marca un sentido social. Utiliza un verso libre, fácil de redactar y de sentimiento más obvio, no tan crítico con su recurso literario. Se libera de esas restricciones que se daban en los clásicos. Es la llamada metapoesía o poesía vehicular del nuevo milenio. Surgen nuevas corrientes como el poema visual, los poemas agresivos, poemas de una mezcla entre clásico y moderno, entre otros.

      La poesía ha tenido una amplia raíz hasta terminar por convertirse en un árbol que jamás terminará, pues de sus versos nacen otros que ligan esencias con la naturalidad única de que la vida de un poeta, aunque mortal, perdure por siempre en su legado, hecho papel, pluma y tinta.

 

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.




jueves, 15 de diciembre de 2022

El criticón

El criticón 


Ese individuo criticón,

aquejado de todas sus moscas, 

la peste la ventilan con ironías,

risas y fiestas del tirón.

Hay personas que son del balcón,

no son más que cubos de basura;

toda palabra mala que se les urda,

las encestan con burla a traición.

Son los vertederos de la ocasión, 

de las malas palabras y frases astutas,

se llaman inteligentes y educados, 

cuando estos no hacen daño ni a Dios.

¡Qué mala vida, Señor!

Aguantar a estas ratas miserables, 

¿qué problema tienen con el mundo?

Tal vez busquen un radical bofetón.


© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España. 

domingo, 11 de diciembre de 2022

La escultura I

      El ser humano siempre se ha movido por representar del mundo lo que su imaginación es capaz de replicar, o inventar. Nuestro cerebro está configurado para retratar ídolos y símbolos de una manera voluntaria. La escultura es una de las bellas artes consideradas como la esencia mágica del “músculo humano”, es decir, logra calcar a la perfección la fisionomía del cuerpo en un “trozo de piedra”.

      El empleo de la escultura data desde la Prehistoria, donde las gentes de aquella era motivaban a sus personajes religiosos mediante figuritas de distintos materiales, todo con un significado ritual. Estos cultos pasaron de ser tal para considerarse meras decoraciones, hasta que fueron rechazados por algunos hombres importantes de la Historia, como Moisés, por ser una falsa adoración a un dios inexistente.

      Este arte se informa desde el Paleolítico, época en la que el ser humano ya trabajaba herramientas, aunque demasiado rústicas. Se usaba una piedra contra otra para formar un bifaz, utensilio capaz de cortar y tratar materiales. Y, gracias a esto, logró hacer las primeras esculturas en miniatura, hechas de marfil o de otros elementos y con formas humanas y animales. Una destacable es la Venus de Willendorf (24.000-20.000 a.C.).

      Tras el descubrimiento de los metales en la Era de Hierro, los celtas consiguieron transformar estas labores en algo más “profesionales”. Recapitulaban imágenes de la naturaleza en sus espadas, escudos y accesorios. Aprendieron la cultura del Tène. A partir de aquí, empezaron a tomar mejor precisión en los cortes trabajando la madera, piedra, bronce y hierro.

      La escultura sumaria es probablemente la cuna de la Edad Antigua. Sus obras estaban decoradas con vestimentas por rangos correspondientes a jerarquías sociales, mientras que el desnudo lo empleaban solo para aquellos personajes caídos en combate. Estaban hechas de arcilla, pero también expandieron el uso del ladrillo ornamentado y otros materiales por el resto de mundo. Unos ejemplos de este arte se muestran en el palacio de Persépolis y en el Palacio Real de Susa (404 - 359 a.C.).

      Los egipcios trataban más la piedra para sus esculturas, que estaban dedicadas a sus dioses. También en cultos a los difuntos fabricaban estatuillas donde guardar los órganos de sus muertos. Igualmente consiguieron alzarse como los reyes del mundo con estatuas gigantes en amor a sus deidades, faraones y templos majestuosos. Un ejemplo de esto se puede contemplar en Petra, yacimiento arqueológico del que se sabe que fue fundado a finales del siglo viii a.C. Sin embargo, las esculturas de los egipcios no eran dinámicas, sino estáticas con las extremidades pegadas al cuerpo y con falta de detalle. De sus obras para personajes importantes destaca el busto de Nefertiti (1345 a.C.), hecho de piedra caliza y yeso. Esta era la esposa real del faraón Akenatón.

      Las primeras técnicas de escultura se hallan sobre el siglo v d.C., donde se habla del Canon de Policleto, que define la armonía entre las distintas partes del cuerpo. Esto se llama contrapposto. En Grecia, durante el período helenístico, las obras alcanzaron un grado mayor de nitidez y detalles. Policleto, Fidias y Mirón son los considerados maestros del estilo clásico. Se asienta el movimiento, el dinamismo y las obras más complejas, como Laooconte y sus hijos, donde el desnudo destaca “enredado” en una multitud de masajes al aire como si fuera un baile. La belleza para los griegos era esencial, ya que representaba las matemáticas perfectas jamás creadas por los dioses. La estética era el numen que condimentaba las obras con escenas tan bien hechas que parecían fuera de la realidad. Multitud de esculturas se lograron gracias a esto, como Hermes con el niño Dionisio, el Auriga de Delfos o los Bronces de Riace.

      De la cultura etrusca se defiende el uso de los utensilios como una obra de arte, desde cacharros de cocina hasta obras más difundidas religiosamente, así como entierros dignos de riqueza y relieves logrados con el uso de la terracota en sus construcciones, escenas en planchas y motivos asombrosos en sus capiteles. Sin embargo, la belleza se perdía con el paso del tiempo hasta tomar formas más rudimentarias.

      Gracias al contacto con los griegos, la escultura romana vivía una forma exquisita. Las mezclas entre culturas europeas y Oriente posibilitaron una evolución mayor para Roma. Durante el siglo iii en adelante, el apogeo todavía por el paganismo se veía inmerso en esta arte renovada. Destacaba, aparte y gracias por el dominio extranjero, adoración por obras de artistas maravillosos. Pero lo que más se arraigaba a los romanos era el credo por el retrato. El busto de Marco Aurelio, el de matrona de la dinastía Flavia o el de Augusto era un ejemplo claro de ser míticos personajes por el infinito de la Historia. Eran guardados en santuarios familiares, llamados lararium.

      Durante la Edad Media, el Imperio bizantino fue clave en el nuevo arte de esculpir. Sus obras se encajaban en sus construcciones como templos, capiteles, pedestales, etc. con motivos florales y ornamentos místicos. Uno de estos ejemplos puede verse en San Vidal de Rávena. Se trabajaban las incrustaciones en bronce, como en las puertas de la Iglesia de San Miguel de Hildesheim, reverenciada al arte bizantino y carolingio. Existe también una gran variedad con el uso del textil, cerámica, metales y cristales en sus muros de construcciones arquitectónicas, así como ornamentadas bóvedas de cañón, arcos de medio punto y pórticos donde representar la belleza de este arte en su amplia magnitud.

      La obra del Pórtico de la Gloria, de la Catedral de Santiago de Compostela, del Maestro Mateo, allá por el siglo xii, luce en la Edad Media como una obra destacada del hieratismo románico hacia el gótico. El primero se expandió por Europa desde el siglo xi con una distinción que tiraba a formar parte como monumento en vez de singular escultura. Se empleaba la madera como material referente a la humildad. Las obras más importantes fueron las de los Cristos Majestades, iconografías populares por su majestuosidad y sin sufrimiento.

      El salto al gótico se dio por el siglo xiii en adelante y cobraba especial atención las alabanzas religiosas en las portadas de las iglesias. Los santos, apóstoles y demonios eran los más representados. La puerta de la Catedral de Chartres (1145 d.C.) es un ejemplo de estas obras de artes oscuras que flagelaban el ánimo de los feligreses con el temor de ser condenados al Infierno por sus actos. Sus gárgolas son las piezas denominadas de este intervalo de tiempo, estatuas que infundían pánico o eran utilizadas para espantar al Mal.

      El Renacimiento marcará una época de grandes cambios hacia la renovada perfección clásica. La nitidez y la belleza ideal eran lo más importante para muchos artistas, y el futuro de la escultura.

 

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

jueves, 8 de diciembre de 2022

Dueños

Dueños


Cuando todos seamos bosques

veremos la gran diferencia:

somos iguales a ellos, 

nada es diferente, ni los dioses.

Encontrar una mentira en esos señores

es buscar la verdad en un demonio;

saber elegir nuestro camino

es poder crear nuevos rumores.

Andar con tantos amores

es inventar una falsa estrategia;

conquista tu alma, 

y conquistarás todos los corazones. 


© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.

domingo, 4 de diciembre de 2022

La pintura

      La pintura es una de las artes más bellas del mundo porque con ella se puede expresar en una imagen, millones de palabras. Desde la Prehistoria, que fue cuna de la misma, hasta los días actuales el arte ha sido un elemento esencial en la Humanidad, su máxima expresión, comunicación y el sentimiento que emociona a quien contempla sus obras.

      Tomó inicio desde la Edad de Piedra hasta la Edad de los Metales (25.000 a.C. - 1.000 a.C.). Eran pinturas rupestres consideradas únicas en el planeta Tierra porque representaban a los primeros hombres que aprendieron a dibujar y pintar. El material utilizado era de un rojo oxidado de hierros o de la arcilla. Consideraban que sus dibujos tomaban la forma de “dioses” al esquematizar formas animales que creían ser sus guardianes cotidianos.

      Por la Era Antigua, Egipto era probablemente el “mejor pintor” del mundo de su época, ya que desarrolló escritura en forma de imágenes (símbolos) con los que, aparte de enamorar la vista, también utilizaban esta arte a modo de comunicación en texto. Se inició a partir del 3.000 a.C. y pudo durar hasta la conquista de Alejandro Magno. En sus dibujos, predominaba siempre el perfilado de los iconos, aparte de una jerarquía entre unos y otros para facilitar el significado. Su simbología era preferentemente religiosa y política.

      En Grecia, el arte tomaba más un camino naturalista, y la distancia entre lo desigual era tan amplia que casi rozaban a la perfección. Aquí se empezó a formar el arte clásico (fuente de: www.wikipedia.org), que se fomentaba más en la cerámica con tonos rojos, y constaba de dioses o historia. Era un arte encantador y se expandía por todo su período hasta extrapolarse hacia otras fronteras.

      El arte medieval era puramente una esencia religiosa. Se podía demostrar en sus textos bíblicos con imágenes que llegaban hasta lo más profundo del alma (arte románico), pero para provocar terror con la malignidad que podía engendrar obedecer al Diablo, y no a Dios (arte gótico). Esto era excesivamente marcado por el mundo clerical, que sentaba bases tanto en escritura como en pintura el avasallamiento religioso, a la vez que hermoso. Unos buenos ejemplos de estas dos artes son: Anunciación, de la Iglesia de Sant Pere de Sorpe y El beso de Judas (1304-1306 d.C., fresco de la Capilla de los Scrovegni, Padua).Tras la caída del Imperio Romano, Europa fue el punto álgido. Reinaba el feudo, las guerras abundantes, los saqueos y la expansión del cristianismo. Pero no todo era oscurantismo y enfermedad. En el Imperio bizantino, la denominación del oro en la pintura era tan excelsa como suprema. Este tipo de colorido efectuaba en las personas la necesidad de sentirse más alta de lo normal, emocionalmente: orgullo emperador. Lo podemos observar en el Pantocrator (1080-1100 d.C.), de Dafni. La pintura de esta parte de la Historia tomaba género paleocristiano y helénico, incluso otros, y sus figuras se contemplaban con una técnica más perfeccionada de lo que era antes de entrar la pintura al mundo humano.

      El Renacimiento marcó una época maravillosa para el arte. Tal vez considerada la mejor que pudo experimentar el ser humano. Se fundamentó en el siglo xv hasta el xviii. Las experiencias descubridoras, la exploración y diferentes tipos de cambios abundantes hicieron de esta arte la expresión perfecta para la pintura, aparte de otras. Artistas como Leonardo Da Vinci, famoso por La Gioconda (1503-1506 d.C.) y genio indiscutible, fue quien introdujo el sfumato (perspectiva aérea) con la que obtener en sus obras una mayor calidad y nitidez. Con la entrada del Manierismo, Miguel Ángel era el destacado, conocido también por sus pinturas en la Capilla Sixtina. También Tiziano, quien pintó Venus de Urbino (1538 d.C.). Buscaban la naturaleza, la expresión propia y el éxtasis de lo más llamativo de la vida, además de religioso. Las Meninas (1656 d.C.), de Diego de Velázquez, es una de las obras que más importancia cobra en el Barroco. Se pasaba al naturalismo y a lo claroscuro en las obras, aparte de muchos otros estilos. Pero el Neoclasicismo desenterró lo clásico con el que hacer monumentos pictóricos, como el Juramento de los Horacios (1784 d.C.), de Jacques-Louis David.

      El arte contemporáneo ya cobra un talante más romántico. La Revolución Industrial y grandes influencias manejaban esta etapa con mano exigente. El arte moderno nace de esta actividad por concluir una era antigua para empezar una nueva. Aquí la espiritualidad gana un terreno especial con el sentimiento profundo. Lo podemos observar en La Libertad guiando al pueblo (1830 d.C.), de Eugène Delacroix. Es un llamado al Realismo que cita la imagen de una historia llevada a otro plano, con el fin de alcanzar los puntos más sensibles del ser humano. Con la aclamación del Impresionismo, el arte vanguardista cobró liderazgo. La naturaleza era el canon perfecto con estilo ligero y tonos paisajísticos, como en la Impresión: sol naciente (1872-1873 d.C.), de Claude Monet. Variadas técnicas surgieron en esta época con datos modernistas y simbólicos, incluido el surrealismo y la abstracción, como el Guernica (1937), de Pablo Picasso.

      El arte ha logrado en el ser humano un amplio catálogo de maravillas visuales hasta el punto álgido de ser una cima en su propia pirámide. Desde la Antigüedad hasta los días actuales, aún se siguen desarrollando técnicas asombrosas con las que encantar los ojos de quien quiere ser poseído, por las mentes más brillantes.

 

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).

España.




jueves, 1 de diciembre de 2022

Un niño


Cuando deshechas cualquier oportunidad,
sientes que todo está al borde del Abismo,
la educación se pierde, no hay camino
para quien busca menos maldad.
¿Por qué tanta crueldad?
A veces pienso que es este mundo en el que vivo,
no hay causa buena, todos van por lo clínico,
solo el dinero da la “felicidad”.
Qué equivocadas estas bestias y su falsedad,
sus sonrisas corroboran su mal bicho,
insecto que los come por dentro, invictos
de su propia mezquindad.
A veces, soy ese niño de mamá
que quiere un abrazo, uno vivo,
en vez de una mochila, sea tu hijo,
y en ella guardar un juguete, en vez de pedir paz.

© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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