miércoles, 29 de julio de 2020

El moco

Ese moco rebelde, un buen moco
que no piensa salir
ni con una tranca de oro,
pero hasta que se consigue
y sale disparado a un tronco;
y ese gusano te mira, 
te mira con agudo reojo
ese guano que abandonó tu ventana
para acabar mancillado, ¡despojo!
Ese desprecio de la nariz
que tanto nos irrita, nos vuelve de loco, 
que se astilla entre dedo y dedo, 
y no deseas que nadie te vea como
un lerdo investigando otro mundo
en busca de un gran tesoro…
¡Y qué grande el travieso!
Para escribirle un tomo
de varias crónicas negras;
grande como un orco. 
Y las mujeres: “¡fah, qué asco!”.
Y los hombres: “¡sácate otro!”.
Yo lo haría enseguida, 
sacarme todos los demonios. 
Niños, no dejéis de hacerlo, 
¡a sacarse todos los “potros"!
porque, a vuestro honor, 
yo también fui niño con mocos.

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

sábado, 25 de julio de 2020

La humildad

¡Diles como a ellos, los Antares!,
de las mismas mareas cada palabra
y de cada verso, dales…
pan, agua, vino, harina, trigo
y fuerza contra todos los males.
Merecen ser libres y auténticos,
avariciosas historias en cada persona, cuales.
No los desprecies, créeles un mundo nuevo,
no los trates como a animales;
mil dulces a sus niños
y enviuda la crítica, solo háblales.
Aprovecha que eres lanza del destino,
una aguja en todos los mares;
sacia tu sed, bebe cultura, 
imagina que eres el mismo arte;
adivina quién canta en el Cielo
la gesta de tus hazañas: un ángel. 
Vive y deja vivir, no iracundes
a quien de ti bien te ame;
genera justicia, sirve a tus ideas, 
moldea la vida como sal a un aguacate. 
Así, tornarás en más que alma, 
amor de dioses… Serás astro imparable.
No des consejos, se un sabio incrédulo
con experiencia cierta y honorable. 
Hasta en el corazón de la dama, 
tuyo será su estandarte
con grandes poemas,
como la gloria de Roma en adelante. 
Es único tu valor
igual al corazón del Sol que sale
cada mañana, erguido
cual espectro férreo, indomable. 
Si tienes algo que decir, 
calla a ese quien te calle,
y la humildad de quien es culto
es humilde en lo que hace.
¡Diles que bello es ser de Arriba!,
cuando ya no estés, dáte al hambre,
que ellos te querrán como rama a tierra,
te dejarán hasta sin sangre. 
Y en el recuerdo, vivo serás, 
vestido de eternidad elegante,
con la humildad ante todo,
¡díselo a los Antares!

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

lunes, 20 de julio de 2020

Único

Tengo piernas para subir montañas, 
pies para dejar mis huellas, 
caderas con las que bailar el tango
y cintura en la que mover salsa.
Tengo pecho que guarda el alma, 
corazón de fuego, árbol por venas, 
pulmones libres, sangre con etnias
y del mundo tengo todas las razas. 
Tengo el canto de voces anchas,
manos que mueven el planeta, 
brazos para dar abrazos, 
don de gentes y gentes de mi Casa. 
Tengo tierra en mis uñas, blanca, 
blanca como mi piel la tengo, 
también dedos para escribir
la historia de mi saga. 
Tengo arrugas y tantas canas,
con mi pelo unto la juventud, 
de mi boca doy besos
y de besos llenan mi cama. 
Tengo de todo y nada, 
solo vida tengo, y mucha;
pero cuando quede anciano, 
¡mi nombre será eterno en mi lápida!

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

jueves, 16 de julio de 2020

Insinúate

Los mares de tu garganta
suavizan mis manos; andares de ámbar
por el árbol de tu cuello,
goza mi aliento en vela santa. 
Cúpulas tímidas, en mis palmas
se regocija la sima, perfumada
al siglo cuando comenzó el amor, 
y el resto se hizo en bocas y camas. 
Centros, curvas y bultos de dama, 
son tus líneas las que llevan mis manos
a los debates entre amar
o perder el desmayo en esta llama. 
Cautiva el sabor, el tacto, el instinto viaja
como una bestia al interior, 
a un secreto femenino tan elegante,
al mundo sedoso del placer, calla…
Calla y no hables, pues mi labia
aún sigue en tu cuerpo, sujeto del poder, 
instrumento de Dios; que se apiade de mí
si ya no sé de amor, o de ansia.

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

viernes, 10 de julio de 2020

Amaneceres

Las paredes oyen
lo que el corazón calla,
el amor grita
lo que la boca manda.
El árbol siente
la tierra mansa,
el alma pregunta
quién tanto ama.
El viento ruge
el destino del alba,
el sol despierta
cual bebé naranja. 
Tus ojos destellan
mi voz que te llama:
“buenos días, 
soy yo el que tanto te ama".

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

viernes, 3 de julio de 2020

Aqua

Me encanta tu amor, 
el que me da vida,
el que me entrega luz, 
la locura y mi razón. 
Cuando callas, ese tambor
llamado silencio me hace gentil, 
me hace astral, me lleva a ti,
a tus manos, tu clamor. 
Sirves el cielo con el melocotón
de un atardecer inmortal, 
el mismo de los latidos, 
cuando enmudecen, ante el sol. 
Y la gota de lluvia, mil y un dios
cuando rasgan las nubes, 
viajan a tu pecho, a tus labios, 
ahí, donde siempre estoy yo. 

© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España. 

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