Me encanta tu amor,
el que me da vida,
el que me entrega luz,
la locura y mi razón.
Cuando callas, ese tambor
llamado silencio me hace gentil,
me hace astral, me lleva a ti,
a tus manos, tu clamor.
Sirves el cielo con el melocotón
de un atardecer inmortal,
el mismo de los latidos,
cuando enmudecen, ante el sol.
Y la gota de lluvia, mil y un dios
cuando rasgan las nubes,
viajan a tu pecho, a tus labios,
ahí, donde siempre estoy yo.
© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.