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© Elías Enrique Viqueira Lasprilla
Romances
El perfume de tu piel es misterio para
mi miscelánea. Vitalidad eres, con tan solo el picante especial, te transformas
en lo que más anhelo: mi justicia.
Los besos saben siempre a poco, las
caricias, no tanto. Un abrazo puede ser eterno, sin embargo, lo mejor de todo
es sentirte. Soñarnos a cada mito.
Eres la leyenda de mi fantasía. Flamante
tormenta, el cambio climático que existe entre tú y yo es más que tántrico. Es
omnipoderosamente ancestral.
Un deseo balsámico, envuelta en tus
aceites más apasionados de la lujuria segadora de almas inquietas. Lo que no se
siente, se demuestra, y lo que sí, se idolatra.
Belleza indomable, prefiero anidar en tu
alma antes que morir en vida sin ella.
Gobernadora de mis poemas y corazones
abiertos, tú significas la cicatriz de cada misterio.
Eres el eco de mi lógica enamorada por
el cuento de tu secreto. Uno que yo sé.
Se llama: "te quiero".
Ley de mi fe, vives
como la mujer de mi imperio arrestado a ti.
***
Me amas desde la lejanía, me besas a distancia.
Siento ese calor tan frío y gélidamente flamante en mi ser. Beber de ti, comer
tu hechizo eterno y doblegar tu firmamento, en el que nos sellamos abrazándonos
creando nuestro primer sueño.
Eres puro placer, una bola de fuego que cruza mi
derretida agua, encontrando en este desierto, tu oasis especial. Uno al que yo
llamo: “tu manantial”.
Bendito maná, mujer de mi arte. Eres una obra
maestra que no necesita ser retocada ni mejorada, pero sí amada. Estás
completa, y si me permites, quiero formar también parte de tu plenitud que me
condena.
Condenada seas, sirena de mis viajes siderales.
Electrificas con efusión ilimitada, y yo con eso,
puedo hacerte una buena jugada.
Hagamos el mejor engaño del mundo: sé mi mito, y yo
tu nuevo rumbo.
Anoche te soñé despierto, vi una
estrella fugaz,
te pedí en mi deseo, sin desear.
Agaché la cabeza bajo la luna de
una diurna tormenta.
Lo siento, pero he de regresar a
la realidad.
Eres mi utopía.
Poeta legendario,
sortilegio devastado y encanto lujuriado.
***
Me estigmas, me crucificas, me sacrificas y me
exorcizas con tus elegantes artes de doncella triunfante.
***
Mi Génesis.
Sensual y nocturna musa mía, hora de despedirse. Ya
no puedo seguir vistiéndome con tus abrazos ni desnudarte el ánima purgada por
mi culpa.
Me fundes a omnipoder fulminante.
La noche es huérfana de nosotros. Distancia lejana y
tan cercana que deserta de su mismo tiempo.
El diluvio universal que se desploma de tus ángeles
caídos por ojos es el reflejo de los míos, demonios cohibidos, enjaulados todos
ellos en tu despechado amor empalado por mi destrucción.
Diurna luna estrellada, llena de exilio, creciente
de infelicidad, menguante de prosperidad y nueva de “adiós”.
Tú congelaste tu ciclo fuera de mi hogar, y yo, lo desparramé
por un acantilado cuando me senté en mi propia pena empezando a llorar por ti.
Se me cae el corazón a pedazos por los ojos, y el
alma abandona de mi eterno destino a agónicos rugidos. Más bien a imperios
tronados por todo el universo, oyéndolo Dios y Lucifer.
Mi propio Armagedón de supernova ecuménica y
aniquilada.
Bajo la lluvia de mis ventiscas y tormentas, ahora
solamente la luna era mi amante, y el tuyo, un sol muerto.
Las palabras se me escapan de ti y huyen de mí.
Al menos, firmé mi vida en tu soberanía, fuera y
dentro.
Divorciado de tu pasión y un beso vacío.
Uno sin ti.
***
Te tratas como un maniquí, eres una muñeca, finges ser emocionalmente
tierna, y eres lo peor de mis sistemas.
Pulcro destino que pude vengarme de ti, y más tarde, decidiste convertirte
en verdadera mujer.
No perdono ni olvido, pero un viento me susurra: "te amo”.
***
Llenar tu alma a besos, uno tras otro, succionar tu
origen para doblegarlo con el mío. Una imagen no puede narrar lo que te escribo,
pero sí detallarte lo que te exijo.
Puro amor.
Lenguas evitadas, solo labios impactados en un
apocalipsis de pasión.
Golpes dulces de sentimiento mítico mientras tus
emociones son mis latidos de corazón legendario.
Lo he dejado contigo, sílfide de mi trilogía, una
que forma el “te quiero”, “estoy aquí” y “adiós”.
Palpitar por ti es siempre un grandísimo dolor.
Torrenciales caricias huracanadas a besos eternos,
engulléndote lo que ya no tienes. En esta noche perfecta, tú ya eres mía.
Querida doncella, te regalo el abrazo literario más
entregado de todos los tiempos. Uno que dice: “te deseo”.
***
De uno de tus ojos eclosionan cuervos en cascada
muerta, blancos todos ellos como tu negra vida. Y del otro, visión evocada a tu
nutrición femenina, nace un ángel que me ilumina.
Uno caído.
Fuera yo un diablo inocente o no, pecaría gustoso en
todo placer de tu espíritu venusiano.
***
Codicio leerte de fuera hacia dentro. Eres la
historia de mi vida y mis manos escribirán tu cuerpo en mi juez.
Envidio comerte a besos. Tal es la ternura que es
posible que necesite devorar tu alma y muerte en vida.
Avaricio idolatrarte en vez de amarte. Eres la
literatura más numérica formando el símbolo exacto que explota todas tus artes,
y ninguna de ellas es mía.
Espero que la que te evito secretamente pueda
lujuriar tu éxtasis.
Robar besos no me vale, robar tu nutrición tampoco.
Cuantos más envidio de ti, más necesito hurtar tu liderazgo.
Sé mi orgullo de amor, mi propio evangelio de la
destrucción. Una cicatriz o una huella, yo prefiero de ti, en tu boca, ser el
destino perfecto de tu afortunada promesa…
No, las promesas se rompen siempre. Necesito ser el
reloj de tu tiempo para que jamás expires en mi luna de omnipotente viento
perpetuo.
Hablemos de nuestros cambios climáticos, que son
omnipotentes.
Juguemos en ellos y creemos un rito.
Amor Eterno.
***
El dolor y el odio son esas cosas que la envidia fomenta tras una buena
batalla campal, o una guerra brutal. Las masacres que llegan luego, no son
solamente físicas, sino, las peores, las emocionales.
Fuera de todo eso, política, crisis, mala economía y gestión mundial, os
dedicaré algo especial:
Abrazarte un
beso, es quizás un veneno,
un mundo nuevo,
un universo completo,
una imagen de ti en mi ángel yermo.
un mundo nuevo,
un universo completo,
una imagen de ti en mi ángel yermo.
Preferiría desplazarte,
intimidad propia sin negarte,
tú ahí y yo aquí,
fríos y cálidos, deseo ese último estandarte,
intimidad propia sin negarte,
tú ahí y yo aquí,
fríos y cálidos, deseo ese último estandarte,
Amor de dos,
uno solamente ahora, y tu voz,
un maravilloso don,
escuchándola dentro de ti,
en tu corazón.
uno solamente ahora, y tu voz,
un maravilloso don,
escuchándola dentro de ti,
en tu corazón.
***
Regresar al pasado y enmendar los errores que tú me has dejado.
Estudiar el presente y olvidar lo que tú me has dañado.
Averiguar el futuro para conmemorar tu hechizo legendario.
Imaginar la eternidad que luego, tras viajar en tu tiempo lejano, nos
obligaría a amarnos.
No hay poemas, no hay relatos románticos, solo decirte que te idolatro para
que formes mi saga de hombre solitario.
Poeta legendario.
***
Proyectos, trabajos, amores... Todo ello fomentan mis
nociones en tu ojos durmiendo. Deseo soñar en ti, si dejas que acaricie tus
pesadillas para convertirme en una hermosa tuya.
Los mundos oníricos no tienen por qué ser solo eso. La fantasía es la
realidad y tu realidad, mi fantasía.
Juguemos un poco a los jeroglíficos:
Pasión desvivida,
cuento bello,
eres mi ruego en rima
y mi beso eterno.
cuento bello,
eres mi ruego en rima
y mi beso eterno.
***
Fan de tu destino... Oh, no. Eso es poco. Digamos: frenético hombre de tu
sed vespertina.
Despertar cada mañana contigo es ver el sol de mis deseos, la luna llena de
nuestra pasión, menguante de maldad, creciente de placer y nueva de futuros.
Simpleza es lo mejor para acabar este pequeño momento: un abrazo que calme
toda tormenta del mundo.
Uno de nuestras almas. Un beso enviado por un viento que siempre nos
susurra: "silencio".
Y un "te quiero" a tus corazones.
***
El espacio es tan infinito que me hieres con tu
abismo. Noble poder femenino. O mejor dicho: omnipoder. No me gusta la simpleza
y se me nota contigo, pero a veces, me gustaría decirte un beso.
Un abrazo con un “te quiero”. Con eso, ya me vale.
La suficiencia a veces me puede para no romper mi alma por ti. Debo cuidarla
como tu corazón, que me lo dejaste para que no fuera herido.
Latiré por ti al igual que tú lo haces. Sustento
mutuo.
Gracias por tu amor, bruja mía. Sigue conjurando mi
eternidad para que yo pueda sustentártela con la mejor maravilla del cosmos:
poetizarte en mi extraño dolor.
***
Los reflejos de tus ojos son mares
extraordinarios y un tanto extraños. Me envían pudor.
Análisis de sangres en tu cuerpo cálido.
Más bien flamante, hirviendo el sol de nuestra vida.
Once momentos tuvimos juntos y lejos de
dar las doce campanadas del exilio a tus brazos.
Espero que cuando ya no esté, el viento
te adore: "te quiero".
***
Cándidos labios pero que hierven a
viveza pasional.
Inocente corazón desbocado de omnipoder.
Tímido amor expulsado cual fiera
lasciva.
Poema seductor con tu boca desnuda.
Eternizo tus ansias, doblego tu cariño
para que me sea más profundo.
Poco a poco nos vamos derritiendo.
Desollar males de este mundo para
encontrar la luz de tu mito reflejado en mí.
***
Una letra es capaz de formar una
eternidad. Veamos cómo:
Palabras exquisitas en todo tu cuerpo
con un placer entregado a sobrepasar naturalezas de faunas misteriosas
entalladas en una música especial entre tú y yo.
Una frase luego: "deseo ser tu piel
para poder abrazarte siempre".
Los párrafos llegaban pronto cuando
besos aromáticos escuchaban la canción de tus deleites extrasensoriales en los
míos.
Folios y folios de pasión desmedida
conseguían lo mejor del mundo: el libro de nuestro amor.
Más tarde, el tesoro de la efusión no
terminaba ahí. Una obra de arte de varios tomos nacía con tus halagos sublimes.
Pedirte que me firmes un autógrafo en tu
propio calor sería una gloria insólitamente secreta.
Y para acabar, la mayor biblioteca de tu
universo rebasó la saga que anhelaba.
Una letra capaz de formar una eternidad:
tú y yo.
***
Ser ese oxígeno tuyo que es avivado por nuestros
besos, ser tu origen donde puedo crear innumerables paraísos contigo, y ser el
Big Bang eterno con el que inventar tu vida con la mía.
Ciencia y religión, da igual. Todo lleva a lo mismo:
morir en ti y vivir en el imperio de tu amor.
Respirar tus “te quiero”, susurrarte una caricia,
amamantar el seno de tu pasión y abrazarte el alma. Por favor, todo eso se me
queda corto.
Solo quiero de ti tu destructiva lujuria, esa que me
hace sentir lo que el romanticismo es de verdad.
Nuestro secreto mítico.
Leyenda mía, te voy a devorar el placer.
***
Entregarte dolor a cambio de amor, odio
a riesgo de pasión y exilio fuera de cobijo. La desgracia de no soportar
perderte me desvive ofrecerte vergüenza romántica.
Antes que seducirte y celarte, prefiero
alejarte para no morir en vida por tus besos, caricias flamantes y abrazo arrogante.
Un abrazo puramente verdadero.
Siento no ser el alma que selle la tuya,
el corazón que ayuda a palpitar al que afortunas, y el mito que profundice tus
lágrimas. Oh, lluvias de tus olvidados ojos. El diluvio universal.
Pero seré tu mejor joya eterna.
El ángel que guíe la luz de tu amor
hacia la mía.
***
Suele ser difícil que nos soñemos si nuestras almas
no se derriten en un mismo mundo. Chocar oníricamente para luego eclosionarnos
como nueva era unida.
Una verdadera historia de amor no tiene por qué
sellarse en libros de cada género. Tú y yo ya somos uno único que aguarda la
siguiente fantasía romántica.
Deslizarte un beso al corazón, diluviar de pasión en
tu espíritu, abrazar tus labios hasta la eternidad, divinizarte la sonrisa y
olerte la vida.
Imperiosa mía, bienvenida a mi divino infierno.
***
Eres mi novela, sirena mía. Las artes de
tus historias románticas son capaces de apasionar hasta a un serafín olvidado.
Diablos maravillosos como mismos ángeles que revolotean dentro de tu nutrición.
Solo son simples halagos. Yo quiero
únicamente escudar tu ausencia y atacar con tu arrasador amor, proteger tus
ambiciones y perder los diluvios universales de tus ojos.
Llueves por malvados corazones que no
supieron entregarte la mejor puerta de la eternidad. Por una nueva puede que
cruce yo, o mi dolor como el tuyo.
Almas gemelas o un querubín que llega
para cobijar tu destierro a mi poder.
Seremos la misma lágrima.
***
Infanticidio es aquel que, siendo un niño, cometí el peor asesinato de mi
vida: desobedecer tu amor.
Adulterio. Cuando ya maduré, lo que hice después fue ofender tu efusión
masacrando tus pasiones... No, las renové todas.
Lo siento. Siento tanto estar enamorado de ti, que el silencio siempre
otorga culpa engañada.
Destino secreto,
frustrada muerte vital,
deseo de nuevo tu perdición,
y equilibrio, lujuriar.
frustrada muerte vital,
deseo de nuevo tu perdición,
y equilibrio, lujuriar.
Otra vez nos vemos,
nos besamos con la mirada,
llueven de tus ojos "te quiero",
pero te huelo un "te reniego".
nos besamos con la mirada,
llueven de tus ojos "te quiero",
pero te huelo un "te reniego".
¿Sabes? Comprendí algo nuevo.
Tu ley me precede,
eres mi valor omnipotente
y te voy a devorar el alma penitente.
Tu ley me precede,
eres mi valor omnipotente
y te voy a devorar el alma penitente.
Alma blanca de negro,
¿fuego y hielo? Es grotesco.
Esta vez no hay orfandad ni divorcio,
sino el amor eterno que prefiero como tu mejor odio.
¿fuego y hielo? Es grotesco.
Esta vez no hay orfandad ni divorcio,
sino el amor eterno que prefiero como tu mejor odio.
***
Latir por ti es poco para que tu
espíritu nazca en mí. Eclosionamos cada vez que nos encontramos a besos. Besos
que se ven, no que se rozan.
La espera de sentirnos se hace destino,
uno de esos que nunca termina. Es lo mejor: no lograr finalizar nuestro
talismán rojo. Un rojo de amor eterno.
Surco tus mares cálidos donde la
voluptuosidad deja paso a sensual musa mía, poema vivo y obra maestra entallada
en toda arte de una belleza inexistente en ti.
Vacía de placer, sin embargo, eres uno
único al instante de acceder a tu dulce edén.
Cariñosa y suave lengua erótica. Tu
omnipotente gloria enamora mi número y letra. Un ocho que jamás acaba como
nosotros.
Alianza nutrida.
***
Los destellos que producen tus enigmas
femíneos son cada vez más parecidos al divino infierno. Pecadora angelical y
virtuosa diablesa.
Decirte un beso con la mirada mientras
me aromatizas con tu esencia de bruja licántropa. El obsequio de una luna llena
de placeres, menguante de males, creciente de efusión y nueva de goces procede
del secreto que te brindo ahora.
Espero llamarte Lujuria, pues eres mi
devoto emblema de amor fuera de todo poema.
Hagamos la saga de nuestra eternidad.
Quedará sellada en un evangelio solo para nosotros.
***
Los sueños son destinos o conjuros
perfectos. ¿Por qué no hay algo más superior que tu nombre de diosa? Sí que
existe, se llama: "eres poesía para mis ojos".
Eres un libro abierto donde puedo
escribir todas las letras que hechizan las palabras de tu cuerpo, forman frases
enamoradas en tu cabello, introducen párrafos efusivos con historias a sagas
apasionadas selladas en tu alma, y terminando en obras de arte lujuriosas
dentro de tu cultura intachable.
Secreto imperecedero,
divinizas mi vida,
llueves de tus ojos lágrimas de ira,
todas por mi valor moderno,
quisiera ser el arca de tus besos,
no espero menos,
sino solo tu corazón eterno.
***
Fuego azul, un cálido hielo hermoso. Los
desánimos provocados al no verte durante tanto tiempo me enviaron muerte en
vida.
Ojos que no ven, alma de papel.
Un corazón fundido,
otro destrozado,
cuerpo devastado,
tu amor es mi legado.
***
Mujer de mi eternidad, eres poesía viva
para mis ojos. Eres canción fulgurante para mis oídos. Eres ternura embrujadora
para mis manos. Eres un beso bello para mi boca. Eres un sueño simbólico para
mi muerto ángel.
Hay que ser un divino diablo para poder
narrarte lo que una historia puede tomar la forma de una saga, o mejor, una
obra maestra en tu cuerpo velado a nuestro mundo prohibido.
Erremos cuanto deseemos. Deseémonos por
cada perpetuidad que exista en el cosmos. Pitonisa eres, significado de un
pobre conjuro que luego, con un roce de sangre romántica, nace el hechizo
perfecto. Más bien tu divino infierno.
Consideremos que añoramos la
insaciabilidad. Ojos de amor enigmático. Tu puzle me envidia. Espero ser una
importante pieza en tu corazón que lo complete todo.
***
Las claves del Destino siempre forman
una estrella. Un pentagrama bonito. Uno es el Valor, el que, con el Miedo, nace
por la Voluntad de tu suave verano cariñoso.
El segundo se llama Felicidad, esa que
engrandece tus sonrisas por cada solución que consigo deslizar por dentro de tu
timidez.
El tercero, Carisma. Un don especial con
el que cada banquete erótico se convierte en una boda solo para dos.
El cuarto: Amor. El riego sanguíneo de
un corazón siempre funde tus besos en una fórmula bastante fácil: tres en uno.
Y el quinto: Eterno. Sin principio ni
final. Ilimitada vehemencia controlando los celosos gemidos de tu liberada
seducción.
Hay un sexto que no peca de Lucifer. Es
una clave del Destino. Una incógnita encerrada en lo más hondo de tu vientre.
Nazcamos juntos. Divorciada de pasión,
yo seré tu nuevo embrión.
***
El poder de una vida nueva contigo, eso se llama rito. El conjuro de una
unión solamente rota por no amarnos.
La diferencia entre amor y odio es divinizarte como intachable escudo mío,
y eternizarte con la nutrición de nuestra lascivia.
El talismán de tus tactos tan sedosos obedece a injuria. No importaría
pecar contigo con los ocho pecados capitales, siendo el último, desnudarte el
alma.
Hermosa virtud para mis oídos. Soy un ciego que puede ver tu envidia, soy
un sordo que oye los invisibles "te antojo", soy un mudo que te dice
un beso.
Virtudes pecadoras y pecadores virtuosos. Musa de mis manos, extiende tu
ser por mi torrencial océano de fuego inmaculado.
Querida mía, te voy a sentenciar con el mejor amor del mundo.
Gobernarte con la visión de un nuevo Big Bang romántico.
***
La vida y la muerte. Esos extraños
desafíos invisibles donde yo muero en vida por ti.
Infinito y eterno. Prefiero lo último,
ya que con ello logro ser el mejor premio para tu corazón, que jamás deja de
latir por mí.
Embrujos boreales, cánticos de sirenas y
más emblemas simplistas. Yo prefiero contarte lo que significa una mítica
bestia divina, una que es capaz de dejar fuera de combate cada pasión para
envolverte en la ventisca de mis omnipotentes cadenas de la dulzura.
El sortilegio de una magia es menos que
un libro que te seduzca los testamentos que no escribiste, sino que perdiste en
tu leyenda femenina. Lo que supera a todo eso se le conoce como la invocación
de tu nombre, diosa mía.
No me lo digas, quiero escucharlo
internamente un poco más, envidio desearte todavía con mayor profusión en mi
propia devastación.
Ya te lo digo yo, pues ya me has
ensalzado la inmortalidad.
¿Cómo te llamas?
Lujuria.