El Renacimiento estadounidense vino dado por el siglo xix hasta el xx, época marcada por grandes cambios a nivel cultural, político, económico y comercial. Fue captado por las herencias griegas, la democracia romana y la autodeterminación de un país que pisaba el Humanismo con grandes esperanzas. Esta era estaba marcada por la firma de la Declaración de la Independencia de los EEUU y la entrada en la I Guerra Mundial.
Estados
Unidos repasará su mundo con una ausencia
cultural. Sin embargo, la modernidad dotó a este país de grandes avances,
riesgos y poder. La tecnología fue una de las
explicaciones propias para su época con la que alargar su modernismo
hacia fronteras donde no era conocido. Llamó la atención con su Puente de Brooklyn (Nueva York) y los cables de acero que colgaban de él en un nimio
balancín. En contra, el clasicismo académico
lo llevó a cabo en las casas de la Prairie School,
que le supuso un gran movimiento en la arquitectura.
Una nueva etapa
dorada nacía en EEUU.
Los cambios políticos se añadían a estos movimientos culturales que se extendían
por todo el país en pos de la renovación y la importancia de vivir aquí. Era el
llamado Nuevo Imperialismo, políticas
adoptadas por las colonias antiguas con el
objetivo de exportar su cultura y arte.
La nueva Biblioteca del Congreso destaca por unos murales donde Edwin
Blashfield plasmó el tema principal de este siglo
americano, denominado: El Progreso de la
civilización. Las esculturas propias de un país que resucitó de
entre los muertos, así lo nombra el 16º presidente de
los EEUU, Abraham Lincoln,
monumento dedicado en uno de los extremos horizontales del National
Mall, conmemorativo a dicho personaje famoso e importante para
resaltar sus gestas y legado.
Sin embargo,
realmente este renacimiento no surgió sino hasta
la llegada de Cristóbal Colón a América (12 de octubre de 1492 d.C.), cuando fue la
conquista realizada y se empezó a construir este imperio
del Nuevo Mundo. A rastras se
cargaba con el Renacimiento Europeo, el cual
estableció su colonia en estas tierras desconocidas. Entonces, el Renacimiento americano no existía, hasta que no
entró bien tarde en su siglo. Las mezclas, por aquellos días, del Barroco, el gótico
o el neoclasicismo fue el potaje perfecto
para su destacado desarrollo posteriormente.
América no existía como tal, como se había dicho antes, sino España pisando tierra nueva. La cultura española, por ende, fue la que estableció primera
base en este reino sin rey. Por lo que el Renacimiento americano es en gran
parte digno de España y sus descendientes europeos. Las ideas renacentistas
surgieron, luego, gracias a las políticas de Derechos
Humanos, aunque no fue con Lincoln cuando realmente se llevaron a
cabo con puño y fuerza para liberar la esclavitud.
Destacar este Renacimiento es destacar otra vez la vida de
la Edad Antigua. Las potencias mecenas de los
griegos y romanos fueron los que más llamaron la atención en América. La
cultura, las artes, la economía, la política, la religión… Todo fue un
constante cambio para todos los americanos. Las matemáticas,
las ciencias y las artes, así como la nueva filosofía,
fueron los temas a tratar más importantes en este siglo de oro americano.
Las monarquías autoritarias dedicaron un gran mecenazgo para esto. Se potenciaba la economía nueva en este continente, por lo que los
reyes tenían el poder total. Una de las
destacadas obras fue El Príncipe, de Nicolás
Maquiavelo, famoso también por su frase: “El
Fin justifica los medios”. Luego, el capitalismo
y las burguesías realzaban más
competencias en este “protomundo”. Ganar riqueza con la innovación de la época
resaltaba en la cultura con rangos mayores que la humildad social. El dinero
fue una obra importante que brilló, por
desgracia, por encima de otras que valían más sol que luna.
En literatura, las cartas de Pedro de Valdivia al Rey
Carlos v fueron un arte
consagrado como digno para esta tierra, donde se expresaba la belleza de su
clima y vida.
Algunos de los
autores destacados del Renacimiento americano fueron: Garcilaso de la Vega, Juan Boscán, Juan Luís de León o el gran Miguel
de Cervantes, con su magna y prolífica obra: El
Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha.
© 2023 Elías Enrique Viqueira
Lasprilla (Eterno).
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