miércoles, 18 de abril de 2018

La flor de mi eternidad

Relucientes flecos, verde horizonte,
esquirla del campo naranjo, aquel,
ojos del amar, del tuyo vergel,
bailan juntas en tu hogar, viejo monte.

Nuestros deseos, cerca del apronte,
sueño de estar unidos, piel a piel,
aroma radiante como corcel,
rosas y océanos, nuestra simbionte.

Vives para por fin poder contarlas
sobre la faz del tan frondoso ayer,
resplandeciente, hermosa cuando charlas.

Rosa de dedos, roja de poder,
perfume de ellas, sin jamás atarlas,
ven a mi amor: al de todo mi ser.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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