domingo, 3 de junio de 2018

Dulce hogar

Andante y seductora, vistes de seda,
ángel que rocías la vida
con perfume de alameda,
tela de blanco irrompible,
viento que te empareda.
Aliento mágico, beso del destino,
exhumas amor como humareda
que viaja rumbo al Edén,
pagaré mi amor con lo que suceda,
vagabundeo y sabor a pobre.
Pies de venusiana, mundo a tu rueda,
ellos al templo te traen
con el sonido que preceda
al desierto de cien oros,
rico en más de una sola moneda.
Eres tú el hogar de mis manos,
el destello de lujuria que depreda
en su vientre, en sus ojos,
en lo que nada le veda,
todo mi corazón te pertenece.
Eres tú la mujer que me enreda
con las cartas de tus latidos,
una sonrisa de avellaneda,
y pronto me abrazas,
tú, la mujer que siempre me hospeda.

© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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