Antes de conocernos el misterio,
fuimos retazo de una luz perdida.
Luz que encontró su camino
entre estrellas, aguas y sumerios.
El amor rompe montañas, dice un genio.
A quien lo crea y sepa que es verdad,
habrá probado el verdadero amor,
el que se sirve en mesa de imperios.
No hay dios, siquiera, que tenga su criterio
contra quien sabe amar,
goza de tener un alma,
un beso para un rico, sin su dinero.
Y triste queda este primogénito,
luna sin su sol,
este que supo amar,
sabrá escribir lágrimas, en su cuaderno.
© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.
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