Dar el corazón no es símil a entregar el alma,
perdonar y odiar por toda la eternidad,
ser indecente en el amor,
romántico por cada rincón de la cama.
Recitar el amor en las líneas de tu palma,
borrosas por la adolescencia,
enamorarse no es perder la realidad,
es regresar a ella, a quien te aclama.
Daremos aquello que por fin nos ama;
todo lo que no tengamos, hasta daremos.
Todo aquello que supera al mundo,
lo que muere de un árbol, y renace en una rama.
Recibe luz de paz, luz de llama,
fuego de luna, sol en una sonrisa,
aguas de pena, lágrimas de felicidad.
Joven hoja eterna, recibe beso al corazón del alma.
© 2022 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.
https://youtube.com/shorts/5gWWbnClnR4
