Adoradas sean tus andanzas,
las que propongas a una nueva vida,
las que vengan de otro tiempo,
de tu esencia, perfume de venturanzas.
Grandiosa tiranía, tus alianzas,
en cada dedo, en cada planta,
dorso y tobillo, hasta en talones;
por ellos vuelan mis alabanzas.
En soledad por ellos, añoranzas,
hieden a tierra mía, mi pertenencia,
mi dueña sagrada, camina por mi fe,
promulga mi vida, llena de adivinanzas.
Camina, camina, me alcanzas,
llega hasta el sino mismo de Dios,
ahí dejo mi tiempo, te espero,
templo para tus pies, mis esperanzas.
© 2019 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.