miércoles, 16 de agosto de 2017

Poema

MAKAKINWACARA

Sabia como todas ellas,
dulce del conocimiento,
exigente al poder,
diosa de las estrellas.
Con su voz es capaz
de doblegar a los hombres,
de rendir a sus pies a los lobos:
entes de la Oscuridad Eterna.
Su cuerpo, una amazona,
una atleta de toda raza
capacitada para el liderazgo:
el bastón de mando de Atenea.
Las tierras son suyas,
el origen es su orden,
la naturaleza, una hermana,
y la Madre Gea,
aparte de su tótem,
es una guerrera.
Fuerza indómita,
respetadora del hombre,
de la mujer hace milagros,
como ella misma:
una joya perfecta.
Así se llama la Matriarca,
la fauna desnuda en su boca
callando al silencio
y hablando el idioma de la Tierra.
Así es esta gobernanta,
soberana de todos los imperios,
una doncella,
la feminidad que tiñe la magia
con la sabiduría de las abuelas,
genuina nación
impuesta como reina.
Makakinwacara,
la mujer que con tan solo pensarla,
se hace maestra y dueña de mis poemas.

© 2017 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.

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