Despeinado el campo,
en la comisura de las montañas
los buitres acechan el silencio
como aquellas canas del viejo mando.
En su tribuna, calmo,
registra con sus dedos
el tacto de la madera,
como su rostro, arrugado.
Viento de esquizofrenia, oteado
por la efigie de un árbol y su alabanza,
al universo le responde
con palabras de un titán enano:
“A ese le tomas por tu humano,
a este le haces estrella,
el conocimiento te lo llevas,
y a los dos, de viejo, los has sepultado”.
La última hoja, papiro sagrado,
en ella escritas las almas
con la sangre de las hormigas,
esclavas de un enorme reinado.
La cortina en la noche, cansado,
la ventana cerró al mundo;
así como se cierran las vidas,
se cierran los párpados.
© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.