OJOS DE LA ETERNIDAD
Ahí te veo, por mi vida,
en los confines de las estelas
del universo que nos rodea,
nos da alegría.
El océano se retracta con rima
de sus masajes a la arena,
el fuego ya no baila candela
y el rayo divide cielo y desidia.
Tus ojos viven en otro mundo, desvestida,
desnuda de tus penas,
conquistando los labios de Dios en la Última Cena,
y huyes del tiempo, perdida.
En órbita ya no están tus ojos que se olvidan
en otra paz, doncella morena,
otro rumbo escogen para verte como Helena,
la de Troya, viviendo en mis Elíseos, renacida.
Ciega de amor, ahí está mi amada nutrida,
nutrida de mi elegancia paterna,
de mi verdadero poema,
ese que dice: "ven a mi vida".
Y tu alma repugna tu piel nativa,
tu espíritu reza en una tumba con mi vena,
la de una sangre santa, la nuestra,
la que nos acuna en una felicidad fuera de esta tierra altiva.
Al fin, te matizas en reliquia secreta,
en mi mujer sagrada, la de todas las maestras,
en mi hogar y cofre del tesoro, en joya perfecta;
te haces mi eternidad: la tan ansiada espera.
© 2017 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.