DIARIO DE AVENTURAS CON PAPÁ CLAUS:
-Día 1:
Señor Papá Claus, ¿por qué quiere suicidarse cada Navidad tirándose por la chimenea? Deje de intentarlo. ¿No ve que no resulta? ¡Y no me queme los regalitos!
-Día 2:
Por cierto, le estoy siguiendo y me he perdidito. Traiga a uno de sus renos para que me rescate. Ah, y quiero que me regale lo que usted ya sabe, eso que es inmaterial. Y déjese de zampar dulces, que de una Navidad a otra le va a explotar el chirimbolo y no podrá volar en el trineo especial.
-Día 4:
Bueno, uno de sus duendecillos me miró mal y le di un rapapolvo, espero que eso no conste en nuestro acuerdo de dar y recibir regalitos. Mis disculpas al duende.
-Día 5:
Otra cosa, quiero ir con usted en ese trineo sospechoso. ¡Lléveme, lléveme, jolines! Espero que no nos tachen de OVNI y nos metan en sus áreas secretas de investigaciones alienígenas.
-Día 8:
Tuve un pequeño percance con uno de sus renos: me jaló de los gallumbos y me dolió mucho. O domestica bien a sus mascotitas, o voy a tener que tomar medidas serias contra usted.
-Día 14:
Le había dicho un día que su trineo llevaba mucho peso. Ahora tenemos pocos días para repararlo. Déjese de dar tanto materialismo y ocúpese de las cosas verdaderas, que los niños luego al crecer se vuelven... Bueno, mejor no digo más.
-Día 20:
Señor Santa Noel, ¿por qué no me hace caso? Su panderito se ha quedado atascado en la chimenea. ¡Olvide ya suicidarse y deme a mí los regalitos! Que yo los entrego por la puerta trasera disfrazado de cartero. Y si me preguntan quién soy, les diré: "soy el heredero de Santa. Me llamo Hijo Noel".
-Día 23:
Espero que mañana lleguemos a tiempo a todas las casitas. ¿Cómo se puede entregar tanto regalito en menos de seis horas nocturnas? Debe usted tener, señor Papá Claus, un óxido nitroso en su trineo porque estoy altamente sorprendido. Bueno, no se olvide de nuestro acuerdo: mi regalo especial unido a usted ya sabe quién.
-Día 24:
Ya se acerca la noche... ¡¡¡QUIERO MI REGALO YA!!!
P.D.: Feliz Novedad... Perdón, Navidad.