Cocinado en el Guiso de la Vida,
entre legumbres que esperan la gran cosecha,
imagino ser el carboncillo
que pinte la gemela de la Monalisa.
Como el David sin tripa,
por dentro soy el germen que oxida
la jaula de la que estoy hecho,
corrompo mi ingenio con mi ira.
Soy el universo enano, una rima
a la que le falta su poema,
la cuchara que el pobre no tiene,
el caldo al que el pollo con recelo mira.
Enjuto entre dos horquillas,
así me hace el viento en mis cabellos,
tímido como un titán,
ojalá ser libre no sea solo poesía.
© 2021 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.