Crece la hierba como hace el tiempo,
crecen los árboles, un fruto,
un diente de un niño, la tierra
o el cabello como el mismo universo.
Crece el amor a la vez que el cielo,
inmenso, azul y desproporcionado;
crecen las ilusiones, las alegrías
y las perlas que rasgan el firmamento.
Crecer y crecer hasta tocar el techo,
los labios de quien amas con nerviosismo,
los deseos de agarrar las manos
y sentir que el mundo es nuestro.
Crecer hasta ser un pájaro del viento,
un ave capaz de volar hasta otra dimensión;
crecer y lograr lo más preciado:
poder ser un sabio con gran conocimiento.
Creceremos por cada abrazo eterno,
por cada caricia y atisbo de pasión;
creceremos hasta perder el sentido…
o hasta que me digan que soy pequeño.
© 2020 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.