Nuestros mundos, unos con otros,
cielos azules, futuristas, desérticos,
a tan llenos de vida, también,
como tantos y demás bellos.
Eres el dulce de mi niño interior,
ese que no deja de chillar secretos,
a los ojos de tantos ángeles,
me muero en tus brazos, en tus misterios.
Tu olor... Es un mantra, un trance,
uno de esos que llegan a esotéricos,
sabor natural, dulce, salado, uva,
melocotón, turrón y a quesos.
No redimo de cada uno, preciados,
cada cual es mi ser, todos ellos,
y en ti puedo vivir en paz,
vivir por todo lo alto, juntos, eternos.
© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.