Me enviuda el ánimo,
se desalienta el sol,
llueven las tempestades,
el cielo pierde el control.
Nefastos son los días,
mi alma duerme como un caracol,
la meta ya no está lejos,
ya veo en el horizonte ese farol.
"¡La felicidad!", dicen algunos
que viven bebiendo del alcohol;
ojalá fuera yo líquido,
uno que por dentro huele a etanol.
Puede que estalle de agua ardiente,
si algún día me hallo sin mi rol,
entonces me serviré a tus pies,
calzada siempre de eterno charol.
© 2018 Elías Enrique Viqueira Lasprilla (Eterno).
España.